La España Vaciada, conocida por llevar décadas vaciándose de personas con respecto a otras regiones del país (donde se concentran) también se está vaciando de servicios tales como la telefonía, precisamente por la falta de población que sustente los costes mínimos de la infraestructura. Es la ‘España Vaciada de conexión’. ¿Podría el internet satelital ser una solución?

Aunque el internet satelital es sin duda una posibilidad técnica, el traslado de los costes a los clientes demuestra lo costoso que es llevar internet a algunas regiones poco pobladas. Es posible, pero también muy caro a título particular. ¿Podrían los pueblos organizarse y comprar internet satelital para todo el pueblo? La CNMV dice que es legal, y las cuentas empiezan a salir.

¿Por qué la España Vaciada no tiene servicios móviles de calidad?

Para que funcione la red de telefonía es necesario que elementos físicos sean desplegados. Por ejemplo, casi toda España lleva décadas conectada con cobre mediante postes de telefonía de madera u hormigón, una infraestructura hace tiempo amortizada, pero que hay que renovar tras fuertes tormentas o nevadas.

Aunque existen alternativas de alta velocidad, como la fibra óptica si se puede ‘llegar’ físicamente o con radioenlaces si no, su coste es elevado. Con la fibra óptica es necesario hacer zanjas a lo largo de kilómetros, y los radioenlaces requieren la construcción de grandes torres para tener línea directa.

Ambas alternativas tienen un coste que las operadoras reparten entre los usuarios. A más usuarios dentro de un mismo área, más asequible es la instalación o mantenimiento de la infraestructura. Por contra, en zonas de baja densidad (que coinciden con la España Vaciada) el coste resulta muy elevado.

La conexión fija gente, la desconexión la expulsa

La falta de infraestructuras y oportunidades es uno de los motivos que hace que las regiones se vacíen, y muchos españoles viven en zonas blancas sin cobertura. Paradójicamente, se sabe que los pueblos pequeños que tienen conexión de alta velocidad son capaces de retener población e incluso crecer, mientras que aquellos que no la tienen decrecen.

Es decir, las infraestructuras de calidad ayudan a que la España Vaciada deje de comportarse como una centrifugadora de personas. Pero para frenar e incluso revertir este efecto cascada se hace necesaria una fuerte inversión in situ en 5G y otras tecnologías, ya sea mediante medidas convencionales como tendidos de fibra óptica y radioenlaces, o a través de soluciones más novedosas, como el internet satelital.

¿Qué es el internet satelital?

Desde que fuese predicho por Arthur C. Clarke en 1945, que imaginó una red de relés extraterrestres rodeando el planeta, las comunicaciones satelitales han avanzado de forma notable. La idea es evitar la curvatura del planeta Tierra ubicando ‘estaciones’ de telefonía en el espacio.

A pesar de que colocar esas estaciones en órbita también es notablemente costoso, el alcance en número de usuarios sí merece la pena la inversión inicial. De hecho, empresas como SpaceX están lanzando constelaciones de miles de satélites orbitales que ya dan internet de banda ancha. El problema del coste, no obstante, se traslada íntegramente al usuario.

Cobertura satelital, muy costoso para la España Vaciada

Aunque redes como Starlink ya ofrecen cobertura en España y, por tanto, puede dar servicio de entre 100 y 200 Mb/s de descarga, su coste exige un depósito de 99 euros, más la compra de 499 euros en equipo (más 60 euros de envío) y una tarifa de 99 euros mensuales.

Es sin duda la tarifa más cara en este país, y aunque se espera que baje lo cierto es que no se espera que sea competitiva para particulares. El espacio es caro pero, ¿es posible compartir internet satelital entre vecinos? Según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), compartir internet es perfectamente legal siempre que no se abra masivamente y no haya lucro.

Esto significa que un pequeño municipio de pocos habitantes podrá adquirir el equipo de recepción para dar cobertura satelital al pueblo, y colocar antenas en la localidad. Aunque la banda se compartirá entre vecinos, el factor de simultaneidad (cuántos se conectan a la vez) podría hacer más viable esta posibilidad de conexión, dando una oportunidad al municipio.