Estamos en la era de la audificación. Cada día percibimos más cómo el tránsito entre interacciones textuales, táctiles y la voz se normaliza. Ya no hay barreras, el móvil y la voz se han fusionado. Enviamos audios en las aplicaciones de mensajería; hablamos con asistentes como Alexa o Siri para que nos organicen la agenda, suban las persianas o nos pongan la radio; escuchamos pódcast; y le pedimos a Google que nos transcriba lo que decimos y envíe un mensaje escrito a nuestros contactos. El audio se ha proclamado como una interfaz cada vez más transversal. A lo mejor tiene que ver con la velocidad a la que hemos aceptado que va la vida. ¿Cuántas palabra podemos transmitir por escrito en un minuto? ¿Y cuántas podemos decir en el mismo tiempo?

Según un estudio que ha publicado la consultora de comunicación Prodigioso Volcán, junto a la empresa de investigación de mercados SEIM, hay un crecimiento notable de nuestra relación con la tecnología en casi todas sus formas y, en especial, a través de la voz. El 2020 ha sido un año marcado por muchos hitos históricos, pero también será el año de la gran explosión del pódcast y el audioentretenimiento en España. Según datos del estudio, desde 2019 se ha doblado el porcentaje de internautas españoles con altavoces inteligentes en su hogar (un 12,4 % frente al 6,2 % en 2019). Además, casi la mitad de los encuestados para el informe (751 personas) ya escuchan pódcast de, un 47,1 % en 2020 frente al 41,5 % en 2019.

Salas de reuniones

Las redes sociales también se han hecho eco del fenómeno del audio. Es el turno de que el sonido reine más que nunca. En los últimos días puede que hayas escuchado hablar de Clubhouse como la nueva red social de moda. Esta plataforma, que surgió en marzo de 2020 solo para dispositivos iOS, busca crear una experiencia “más humana” en las redes sociales. La plataforma está registrando un gran número de usuarios que acceden a la red a través de una invitación para unirse. 600.000 en las últimas semanas y ya conforman un total de más de dos millones. Al adentrarte en la app de Clubhouse encuentras numerosas salas con personas que están hablando de forma distendida. Solo audio y nada más. En las conocidas ‘rooms’, diferentes perfiles entablan una conversación, generan debates y comentan cualquier aspecto que les parezca interesante. Si quieres unirte a ellas, solo tienes que enviar una petición para poder intervenir. También puedes crear tu propia sala de conversación y generar nuevos debates. Hay que destacar que los diálogos que surgen en la plataforma no pueden ser guardados ni tampoco transcritos a texto. La conversación desaparece igual que si fuese la vida real; igual que si estuvieses en ese bar antes de la pandemia o en la fiesta de tus vecinos o compartiendo café con tus compañeros en el descanso del trabajo. Según un post que ha subido la app a su blog, para este 2021 esperan crear una versión Android y abrir la plataforma para todos los usuarios.

Este pasado martes, la plataforma dio mucho que hablar cuando Elon Musk, director de SpaceX y Tesla Motos, además de cofundador de PayPal, entre otras plataformas, anunció vía Twitter que iba a estar conectado en una de las salas de Clubhouse. La sala de audio donde estaba Musk llegó a su máximo de 5.000 personas e incluso la charla se filtró a otras redes como YouTube, donde estuvieron conectadas hasta 30.000 personas. Como muchos usuarios intentaron acceder al mismo tiempo a la sala, la plataforma registró los primeros fallos y algunos perfiles de la red no pudieron acceder.

Otros intentos

Sobre el sonido y el audio, otras aplicaciones y redes sociales también tantearon este terreno con anterioridad. En 2013, Vobok nació como una red social basada en grabaciones de voz de 30 segundos. Cada usuario enviaba un mensaje de voz y lo compartía en su tablón con amigos y seguidores. La aplicación permitía grabar de nuevo un audio, eliminarlo si no te convencía y compartirlo en otras redes sociales como Facebook y Twitter. Con Blaving, nacida en 2012, los usuarios registrados podían grabar audios de hasta dos minutos de duración y compartirlos con el resto de la comunidad a través de un tablón. La española CuaQea también funcionó como una red social en 2014. Similar a Twitter, permitía enviar audios de hasta 12 segundos y dejarlos en el timeline de tu perfil. Y por último tenemos uWishp,startup que nació con la intención de facilitar al máximo a los usuarios la tarea de compartir mensajes de voz a través de un plugin (extensión). Se integra en el navegador web y permite la grabación de audio para su posterior publicación en páginas web y redes sociales.