La batalla de Australia, donde el Parlamento ha aprobado una ley para que Facebook y Google paguen a las empresas editoras de noticias por el contenido que enlazan en sus plataformas, se ha convertido en detonante de negociaciones de todo tipo en otras partes del mundo. El encontronazo entre los editores de los medios de comunicación y las grandes plataformas tecnológicas no es de ahora. Los primeros entienden que Google y Facebook se aprovechan de la divulgación de sus contenidos para ingresar gran parte de la tarta publicitaria, lo que afecta a su supervivencia, además del tesoro que supone el acceso a datos de los lectores. Por el contrario, las tecnológicas sostienen que gracias a ellas, la difusión de las noticias es mucho mayor y el tráfico que envían a los medio es ingente, lo que les ayuda a monetizar a través de muros de pago o suscripciones. En esta pugna, y a lo largo de los años, no se ha encontrado una fórmula que satisfaga a las dos partes.

En el caso de Australia, la nueva legislación, pionera en el mundo, permite la negociación directa y privada entre medios y gigantes tecnológicos e introduce la presencia de un árbitro gubernamental cuando estas negociaciones no lleguen a buen puerto. Según el gobierno australiano, la normativa permitirá que las empresas editoras de noticias reciban un precio justo por los contenidos que generan, “lo que ayudará a mantener el periodismo de interés público”, dijeron fuentes gubernamentales. El rifirrafe de estos últimos meses ha llevado a Google y Facebook a anunciar que invertirán más de 600 millones de euros cada una entre los editores de todo el mundo en los próximos tres años.

Francia y la directiva de la UE

Más cerca de nuestra realidad está el caso francés. El Gobierno de Emmanuel Macron ha decidido que se aplique la directiva europea sobre derechos de autor (ley del copyright) de 2019, que concede a los editores de información su derecho a ser remunerados por el uso de los contenidos. La norma de la UE fue transformada en ley francesa. Como Google no quería pagar, la agencia France Presse y otras asociaciones de publicaciones impresas denunciaron esa negativa, y el año pasado, la Autoridad de la Competencia dio la razón a los medios de comunicación y posteriormente la Corte de Apelación confirmó la sentencia y obligó a Google a negociar una forma de pago, acuerdos de licencias de contenidos a nivel individual con cada medio para retribuirles por los enlaces.

En Alemania, Facebook acaba de llegar a un acuerdo con los principales editores de medios de comunicación para pagar por la utilización de sus noticias. La empresa de Mark Zuckerberg lanzará Facebook News, donde se alojarán noticias y reportajes destacadas y personalizadas para cada lector en función de las contenidos que lean, sigan o compartan. Según fuentes de la tecnológica, este sistema facilitará la suscripción de los usuarios a los medios.

Ya en España, el jaleo tiene más calado. El pasado 22 de febrero, la agencia Reuters informó que Google está negociando acuerdos de licencias individuales con medios españoles. Hay que recordar que en 2014 Google News, que enlaza con contenidos de terceros, decidió echar el cierre porque le obligaban a pagar una tarifa de licencia colectiva, el conocido como canon AEDE. Por otro lado, el diario digital El Confidencial aseguró que el gigante tecnológico había cerrado preacuerdos “con al menos 10 medios de comunicación de nuestro país, dispuestos a ofrecer sus contenidos en Google News Showcase a cambio de una remuneración”.

En España, a la espera

En nuestro país está pendiente la puesta en marcha de la directiva europea sobre derechos de autor, que tendría que entrar en vigor antes del mes de junio, y que eliminaría el ‘canon AEDE’. El debate está en si el Gobierno impone un modelo de negocio concreto a agregadores y editores, que es lo que no quiere Google, o permite una negociación privada entre editores y tecnológicas. La opinión del Ejecutivo español todavía no se conoce. En este punto parece que no hay acuerdo ni entre los editores de medios, donde hay importantes diferencias entre grupos editoriales y también entre estos y medios nativos digitales. Entre la clase política tampoco hay una postura común.

Escarbando aún más podemos decir que esta polémica también trata del enorme poder, casi monopolístico en algunos casos, de las grandes plataformas tecnológicas y de la situación que viven muchos medios desde la llegada de internet y su incapacidad para una adaptación rentable a estos tiempos digitales. Periodismo sostenible y responsabilidad de los agregadores tecnológicos es lo que todos buscan. La solución… otro día.