Hay quien lo recordará con nostalgia y también quien por edad nunca lo haya vivido. Pasaba hace años. Cogías tu cartera, tu carné e ibas en dirección al local. Atravesabas la puerta y ahí estaba esperándote la máquina del tiempo que te llevaría al pasado, te retrataría el presente o te parodiaría el futuro. Con solo estirar el brazo podías llevarte a tu casa tu próxima pesadilla, las agujetas de la risa o los pañuelos que acabarían en el suelo del salón. Con los años, incluso, te podías encontrar una máquina expendedora en la puerta del local que te ahorraría mucho tiempo. Así eran los videoclubs, negocios de alquiler de películas que comenzaron su andadura a finales de los años 70 en California (EE. UU.). Había de todo, desde los éxitos cinematográficos del momento a las películas de serie B. Con tu película en la mano, acumulabas tus puntos de socio, salías del local, e ibas al quiosco de la esquina a por las chuches que te acompañarían en la proyección de la peli. Llegaba a casa, metías el cassette en el aparato de reproducción VHS y a disfrutar. Pero llegó la era digital y con ella una revolución que cambió los formatos y los modos de consumo. Ahora todo está a tu alcance con un solo clic. Y ese clic te cuesta dinero. Nació la retransmisión en streaming y las plataformas para suscribirte previo pago. Las tienes para ver series, películas y documentales y las hay para escuchar música. Da igual, han triunfado y más en tiempos de pandemia.

Los servicios de suscripción viven su edad de oro. Por su concepto de barra libre, sus precios económicos, su accesibilidad tecnológica a cualquier dispositivo. Por su forma de poder personalizar el contenido que quieres consumir, las funcionalidades que quieres adquirir e incluso la posibilidad de poder compartir tu cuenta. Esto explica que hoy paguemos para escuchar música, leer libros, ver series, películas y acceder a determinados medios. Y la llegada de la pandemia y su limitación de movimiento hizo que las personas que se unían a este servicio no hiciesen nada más que aumentar. Netflix cuenta con más de 193 millones de suscriptores, Spotify con más de 130 millones, y Amazon Prime Video ha superado los 150 millones.

Paysafe hizo un estudio para analizar cómo ha cambiado el apetito de los consumidores a raíz de la llegada del coronavirus. En ‘COVID-19 y el futuro de los pagos de suscripción’ hicieron encuestas para analizar las tasas de adopción actuales, las expectativas de futuro y lo que buscamos en los famosos servicios de streaming que llegaron a nuestras vidas para quedarse. Los consumidores más jóvenes son los que tienen más servicios contratados a la carta. Las personas entre 18 y 24 años tienen un promedio de 2,35 suscripciones. Además, Estados Unidos es el líder indiscutible en la adopción de servicios a la carta por el consumidor, donde el 28 % de los encuestados estadounidenses afirmaron que tenían cuatro canales de suscripción, y el 69 % más de cuatro. A Estados Unidos le siguen Canadá, Alemania, Austria y Bulgaria.

La llegada de la pandemia hizo que las suscripciones para medios de noticias y películas a la carta aumentase. El 27 % de la población encuestada en abril de 2020 afirmó que tiene planteado incrementar sus suscripciones durante el próximo año. Somos seres que buscamos la comodidad en todo momento y este hecho también se ha visto reflejado en el estudio. Las personas entrevistadas eligen el streaming, que también tiene una parte negativa, según muchos usuarios. El 46 % proclama que lo más difícil de pertenecer a una suscripción es poder cancelarla.

Statista ha publicado también datos sobre los servicios de suscripción de pago en España en un estudio realizado en febrero de 2020. La plataforma Spotify es el servicio de pago de audio online más utilizado entre la población. Un 61,4 % de los participantes afirmó tener una cuenta Premium en la plataforma. Le siguen Amazon Music (23,4 %), Netflix (8,7 %), Youtube (7,9 %), Apple Music (5,5 %), Tidal (4,7 %) y otros (9,4 %). Aunque no aparece en esta estadística, no podemos olvidarnos de Filmin, una plataforma creada en España hace una década que se ha convertido en el catálogo más reclamado de cine independiente. Solo hay que ver el éxito de la serie francesa El colapso. Será porque trata de qué pasaría se, de repente, comenzasen a fallar en nuestra sociedad los servicios esenciales. Ojo, está rodada antes de la llegada del coronavirus. En los últimos meses también se han sumado otras plataformas como Starzplay, Rakouten o Disney.

Estos servicios de pago también han llegado a las redes sociales. En los últimos meses, a raíz de la llegada de la pandemia, ha adquirido protagonismo una plataforma online en la que los usuarios pueden crear sus propios canales para compartir contenido a cambio de que otros usuarios se suscriban por una cantidad fija al mes. OnlyFans cuenta ya con 60 millones de usuarios y 750.000 creadores de contenido por todo el mundo. Esta aplicación se creó con el fin de ofrecer material exclusivo que no se pudiese encontrar en otras plataformas. Y aunque se ofrece todo tipo de temas relacionado con formación, música, clases… se ha popularizado por el hecho de compartir contenidos eróticos.