Hoy asumimos que prácticamente todo el mundo tiene acceso a la tecnología. Y el INE nos dice que en muchos casos es así: en 2020 utilizó Internet el 93,2% de la población de entre 16 y 74 años, 2,5 puntos más que el año anterior. Eso es un millón más de personas en un solo año. Otro dato importante: en 2015 había una brecha de género de 3,2%, cinco años después esta diferencia ha desaparecido.

¿Significa esto que todo el mundo puede acceder a Internet? La respuesta es no. Los mayores de 65 que usan Internet no pasan del 70%, porcentaje que baja según aumentan los años cumplidos. Asimismo, quedan decenas de colegios e instituciones educativas que están situadas en zonas sin cobertura, así como pueblos del mundo rural que se despueblan y son incapaces de atraer a profesionales del entorno digital porque no pueden ofrecer una conexión estable a Internet. Y también están los discapacitados, que muchas veces no pueden navegar por la Web porque la arquitectura de las páginas está hecha exclusivamente para quienes pueden utilizar su vista.

Desde Levanta la cabeza queremos contribuir a la digitalización sostenible de la sociedad española. Una digitalización que debe ser responsable, segura y universal. Sin excepciones. Está en nuestra mano impulsar el acceso global a la red, sin que este dependa de la edad, del género, del poder adquisitivo, del lugar donde se resida o de nuestras capacidades. Internet es hoy parte de la humanidad y estamos en nuestro derecho a poder acceder a ella (y a recibir información veraz de la misma). Por una digitalización universal.