La pandemia volvió a situar el foco en las personas mayores. Los confinamientos pusieron en evidencia la soledad y vulnerabilidad de muchos hombres y mujeres de más de 65 años, pero también su enorme capacidad de resiliencia. En los momentos más duros hasta fueron capaces de organizarse para no dejar de protestar y solicitar una revalorización de sus pensiones. Y no hace mucho hemos visto el caso de Carlos San Juan, un urólogo jubilado que ha impulsado la campaña ‘Soy mayor, no idiota’ yque ha recogido más de 650.000 firmas para que los bancos se replantean sus estrategias de digitalización y no dejen tirados a los que no tienen habilidades digitales. Ayer mismo, el papa Francisco reclamó una alianza entre generaciones, entre los más jóvenes y los más viejos, para que los más mayores no queden en la estacada. “Si los ancianos, los abuelos, se repliegan en su melancolía y renuncian a soñar, los jóvenes no podrán ver más allá de su smartphone. La pantalla puede también permanecer encendida, pero la vida se apaga antes de tiempo (…) La vejez es un don de madurez y sabiduría para todas las edades de la vida”, dijo el pontífice.
En esta tesitura, la semana pasada, Levanta la cabeza conversó con media docena de mayores, de los miles que han acudido a cursos y talleres de alfabetización digital, para entender la brecha digital que les afecta y cómo están superando muchas de las barreras de esta realidad tecnológica. Todos reconocieron que el teléfono inteligente y el WhatsApp han sido esenciales para combatir la soledad no deseada desde la llegada del coronavirus.
Uso de internet
Es cierto que en los últimos años las personas mayores se han ido sumando progresivamente al uso de las nuevas tecnologías. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), un 74 % de los hombres y un 72 % de las mujeres de entre 65 y 74 años usaron internet en los últimos tres meses de 2021. Entre los más jóvenes –de 16 a 24 años–, este porcentaje ronda el 99,6 %.
Pero ¿qué ocurre con las personas que tienen más de 74 años, que apenas aparecen en estudios y encuestas? Recientemente, el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI), institución dependiente de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, publicó el informe Uso de Tecnología en los Hogares Españoles y se fijó en este sector de población. El dato más significativo es que el 27 % de los que han superado los 74 años han utilizado regularmente internet.
El informe especifica que la mayoría utiliza internet para acciones de mensajería instantánea (26 %), para telefonear o hacer videollamadas (20,2 %), leer noticias (20,2 %), buscar información sobre temas de salud (16,7 %), recibir o enviar correos (16,7 %), buscar información sobre bienes o servicios (14,8 %), realizar gestiones de banca por internet (13 %), participar en redes sociales (10,3 %), concertar una cita médica (9,8 %), utilizar material de aprendizaje (4,2 %) y emitir opiniones sobre asuntos de tipo cívico y político (3,1 %).
Nivel de estudios y de renta
La diferencia en la digitalización también tiene que ver con el grado de formación. “Entre los que tienen mayor nivel de estudios el uso de internet es casi universal: lo utilizan regularmente el 93 % de los que poseen un doctorado y el 80 % de los licenciados universitarios, máster o equivalente”, explican sus autores. Mientras que entre las personas sin estudios o con educación primaria, estos porcentajes descienden considerablemente hasta un 6 % y un 19 %, respectivamente.
Lo mismo ocurre con la brecha digital motivada por el nivel de renta. Los que tienen ingresos altos (2.500-3.000 euros), el 55 % usa internet, porcentaje que baja al 14 % en los hogares con ingresos inferiores a 900 euros.
Resulta también interesante analizar los datos del I Observatorio Sénior realizado por la publicación 65YMás, en el que han participado más de 6.300 personas de entre 55 y 75 años. Las principales preocupaciones para los mayores españoles son, por este orden, la salud (82 %), la pensión y el ahorro (47 %), la seguridad (27 %), la transformación digital (23 %), el ocio (también un 23 %), la formación (22 %), la soledad (21 %) y la vivienda (18 %). Como es lógico, la salud es lo primero para 8 de cada 10 entrevistados; la tecnología, para 2 de cada 10. Esta diferencia fue interpretada por el presidente de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA), Juan Manuel Martínez: “El analfabetismo que existe en el mundo digital es otro tema que importa muchísimo. Es incuestionable que vivimos en un mundo absolutamente digitalizado (…) sigue habiendo un grupo importantísimo de población mayor que no tiene acceso a la tecnología”.