Lo han llamado Consorcio de Computación de Alto Rendimiento COVID-19, un grupo de agencias gubernamentales, instituciones académicas y de alta tecnología de EE.UU. que han comenzado a trabajar de forma conjunta para acelerar la investigación de una cura para el coronavirus. La idea es que doce superordenadores alojados en el Laboratorio Nacional Oak Ridge, una de las instalaciones de Ciencias y Energía más importante de Norteamérica, trabajen sin descanso para estudiar los 77 compuestos químicos que pueden acoplarse a la proteína del coronavirus involucrada en su reproducción. De esta forma, se impediría su acción y podría servir de cura para la pandemia.

Entre las compañías asociadas se encuentran tecnológicas como IBM, Amazon, Google, Microsoft o Hewlett Packard; académicas como el Massachusetts Institute of Technology (MIT) o la Universidad de California; y la NASA. Uno de los artífices del diseño de dos de esos ordenadores ultra rápidos es el español Daniel Gil, uno de los asesores tecnológicos de la Casa Blanca.

Fuentes del consorcio aseguran que otro de los objetivos es que investigadores del coronavirus de todo el mundo puedan acceder a los recursos de las supercomputadoras más potentes para lograr avances más rápidos en sus proyectos de búsqueda de vacunas. Además, ha abierto un portal en línea que estudiará cualquier propuesta investigadora.

Estos superordenadores, considerados los más rápidos del mundo, estudiaron previamente, mediante simulaciones, como la proteína viral reaccionaba ante 8.000 compuestos. De ellos se han quedado con 77 tratamientos capaces de anular la acción de la proteína espiga principal del coronavirus.