En estos momentos de desconfinamiento todos le damos vueltas a cómo mantener la distancia física de seguridad de 2 metros para que el coronavirus no nos vuelva a jugar una mala pasada. Estos días aparecen numerosas soluciones, la mayoría tecnológicas, para garantizar la distancia social en tiendas, restaurantes, grandes superficies o dependencias de la Administración.

Por ejemplo, un laboratorio de la Universidad de Salamanca está desarrollando un dispositivo que se entregaría a la entrada de los espacios públicos y que avisará al usuario de la cercanía de otra persona a través de un pitido que sólo escuchará él. El sistema utiliza balizas, un receptor y un programa informático para controlar el aforo.

Las cámaras térmicas serán otra solución para controlar la temperatura de las personas en superficies cerradas y susceptibles de sufrir aglomeraciones. Empresas españoles también han desarrollado unas cámaras térmicas cenitales que recogen datos de los clientes sobre su temperatura y movimientos. De esta forma, los responsables de los espacios podrán reorganizar los flujos y controlar la seguridad de los clientes.