La joven Feroza Aziz, de 17 años, publicó el pasado 24 de noviembre un vídeo en la red china Tik Tok a través de la cuenta @getmefamouspartthree que, según denunció días más tarde, fue retirado por la compañía por sus críticas a Pekín. La empresa ha devuelto el vídeo a la plataforma, ha pedido disculpas y ha asegurado que todo ha sido fruto de una confusión.
En el vídeo en cuestión, que ha sido visto por millones de personas, Feroza Aziz aparece con un rizador de pestañas en lo que aparenta ser un tutorial de belleza en tres capítulos pero, a los pocos segundos, sin que la protagonista cambie el gesto ni el tono de voz, el vídeo se convierte en una crítica a la represión en China contra los musulmanes de minoría uigur.
La denuncia de esta joven estadounidense se produjo precisamente cuando una investigación internacional emprendida por 17 medios de comunicación, incluido el diario español El País, retrataban el acoso al que el Gobierno chino tiene sometidos a los uigures.
"Utilicen sus teléfonos en este preciso momento para buscar cómo en China envían a musulmanes inocentes a campos de concentración, los separan de sus familias, secuestrándolos, asesinándolos, violándolos, forzándolos a comer cerdo, a beber, a cambiarse de religión. Este es otro Holocausto y nadie está hablando al respecto", dice la joven mirando a cámara antes de continuar hablando sobre cómo rizar las pestañas.
El vídeo se volvió viral inmediatamente y la chica denunció que Tik Tok lo había retirado. La compañía, que ha vuelto a poner en la plataforma la grabación en cuestión, se ha visto obligada a dar explicaciones.
A través de un comunicado la compañía ha relatado que, efectivamente, retiró el vídeo por su relación con otro anterior publicado por la misma joven, que incluía una foto de Osama Bin Laden con un comentario irónico sobre él. La plataforma asegura que la retirada del vídeo que critica al Gobierno chino ha sido un error humano cometido por quienes moderan sus comentarios. La chica insiste en que se trata de un caso de censura.
Este episodio se produce, además, en medio de los intentos de la aplicación de distanciarse de su propietario chino, la empresa ByteDance. Crece la preocupación sobre cómo maneja la copañía los datos de los usuarios y si el Gobierno del país tiene o no acceso a ellos.