Dieciséis años han pasado desde aquel primer tuit: “Estoy creando mi cuenta twittr”, de Jack Dorsey, hasta el “Me encanta Twitter” que pronunció este lunes 29 de noviembre pocos minutos antes de anunciar con un email su dimisión como director ejecutivo de la red social.

La evolución de ese mensaje primigenio da buena cuenta de cómo ha cambiado el mundo en estos años. El pasado 22 de marzo, aquel tuit fue vendido por 2,9 millones de dólares convertido en un NFT (Non Fungible Token) al CEO de Oracle Bridge, Sina Estavi. Por el momento, sigue a la vista de todos los usuarios, pero, como único dueño de este activo digital, si lo decidiese, podría eliminarlo.

El origen de Twitter

La idea de Dorsey fue elevar el formato breve de los mensajes de SMS a una red social de micro-blogging donde la comunicación estuviese reducida a 140 caracteres. Tomó su nombre de la palabra “twitter”, que en inglés sirve tanto para referirse al trino de los pájaros, como para definir coloquialmente el cotilleo. Su imagen corporativa la conformó un pájaro azul apodado Larry en honor al exjugador de baloncesto Larry Bird.

El primer #hashtag

Con el tiempo, la red social fue creando su propio lenguaje y reinventó la arroba como símbolo de identificación. Chris Messina sugirió darle un nuevo uso a la tecla de la almohadilla “#” para clasificar las conversaciones a través de temáticas. Con el tiempo, su idea cuajó entre la comunidad tuitera y le pusieron nombre al concepto: #hashtag.

Sin los hashtags, Twitter no sería lo mismo. En la actualidad, ha pasado a ser un recurso indispensable para centralizar la conversación en las redes. La mayoría de programas de televisión incluyen una mosca con el hashtag oficial de la emisión, así como las campañas de publicidad o cualquier evento de renombre. Toda la acción confluye bajo la misma etiqueta, de tal forma que es más fácil medir el impacto de la misma.

La muerte anunciada de Bin Laden

Los 140 caracteres de Twitter forzaban a agudizar el ingenio y la rapidez a la hora de comunicar. Esto permitió sacar a relucir a mentes brillantes, que además podían dar rienda suelta a su ingenio y su humor bajo perfiles “anónimos”.

Son millones los tuiteros que se han convertido en auténticas estrellas de la red social escondidos tras su alter ego digital. A nivel de España, @SeñoritaPuri, @Norcoreano o @LaVecinaRubia son algunos de los perfiles más sonados.

Otros, en cambio, lo usaban como diario personal y narraban aquellos hechos que vivían en su día a día. Así, personas como Sohaib Athar hicieron al mundo partícipe de momentos históricos sin ni siquiera ser conscientes de ello.

Su tuit del 1 de mayo de 2011 en el que describía que un helicóptero estaba sobrevolando Abbottabad (Pakistán) a la 1 de la madrugada. Era el día en el que el exlíder de la organización terrorista Al Qaeda, Osama Bin Laden, fue abatido por las fuerzas estadounidenses.

Cualquiera con un teléfono móvil pasó a convertirse en periodista, y tenía la capacidad de retransmitir lo que ocurría en el mundo a tiempo real.

La inmediatez de Twitter ayudó a democratizar la información y a aumentar el ritmo de difusión de las noticias, pero también otorgó una plataforma muy potente para la difusión de fake news y bulos. La desinformación y los haters ocuparon –y ocupan– su parcela.

Según el informe Digital News Report 2021 del Reuters Institute de la Universidad de Oxford(Reino Unido), un 46 % de los españoles comparte noticias a través de las redes sociales.

Twitter fue la preferida para el 19 % de los encuestados, quedando en cuarto lugar, por detrás de Facebook, WhatsApp y YouTube. Sin embargo, la confianza en la fiabilidad de las noticias bajó a niveles de 2015 tras la infodemia producida por la crisis del coronavirus.

#AbroHilo: Manuel Bartual y Elena Cañizares

Del mismo modo que una gran historia necesita de centenares de páginas para ser contada de la forma más idónea, a veces un tuit se queda escaso si buscamos explicar con profundidad un tema. De este modo nacieron los hilos, que permitían enlazar una cadena de tuits para ampliar la conversación.

En la historia tuitera reciente de España existen dos grandes ejemplos de cómo un hilo puede mantener en vilo a todo un país.

El primero de ellos es el del escritor y guionista Manuel Bartual, que utilizó la plataforma para narrar, en pleno mes de agosto, su terrorífica historia de vacaciones de forma tan realista que muchos llegaron a dudar de si era cierta o tan solo se trataba de ficción. Spoiler: fue lo segundo. Pero fue todo un best seller estival.

El segundo es el de Elena Cañizares, una estudiante de enfermería de Ciudad Real que en noviembre de 2020 publicó en Twitter como sus compañeras querían echarle de su piso tras haber dado positivo en covid-19.

Una decena de mensajes encadenados, con vídeos y audios de sus conversaciones de WhatsApp, bastaron para dividir a la sociedad española entre los que apoyaban a Cañizares y los que estaban del lado de las compañeras.

Se convirtió en todo un acontecimiento nacional e incluso marcas relevantes como Pull and Bear, KFC o Popitas, entre otros, participaron de la historia.

Cañizares acabó eliminando el hilo tras ver el impacto desproporcionado que había tenido y por miedo a represalias, pero las voces y los mensajes de Rocío Piso, y las “Compareñas”, Ángela y Lucía, quedarán en la mente y en el corazón de los tuiteros.

El selfie más famoso del mundo

Normalmente guardamos nuestras mejores fotografías para publicarlas en Instagram. A Twitter acudimos por las noticias y por los memes. Pero cuando se trata de un selfie que se ha subido en directo en mitad de la gala de los premios más importantes del cine mundial, con algunas de las personas más famosas del mundo en un mismo encuadre, es algo histórico.

Con cerca de 3 millones de retuits y 2,1 millones de ‘me gusta’, el texto de Ellen DeGeneres sigue estando en el top 3 de los tuits más famosos en la historia de la red social.

De 140 a 280 caracteres

“La restricción inspira la creatividad. Busca la forma de no sacrificar la gramática haciendo que funcione igualmente”, respondió Dorsey en una entrevista donde anunció que iban a doblar el número de caracteres de 140 a 280.

Según hizo público Twitter en 2017, el 5 % de los tuits que se publicaban en español alcanzaban el límite de caracteres cuando este era 140, un porcentaje que disminuyó hasta el 0,8 % cuándo se produjo el aumento.

Adiós, Trump

Si hay alguien que aprovechó hasta el último espacio fue sin duda el expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Durante su legislatura, convirtió a Twitter en su altavoz personal. Antes de hacer público un mensaje por los canales tradicionales, el político lo hacía a golpe de tuit. Incluso aunque se tratase de una falacia.

Por este motivo, el día en el que Twitter decidió cerrarle la cuenta de forma permanente, apenas 48 horas más tarde del asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, supuso todo un hito en la historia de la política mundial y en la de la red social.

“Las declaraciones del presidente pueden ser movilizadas por diferentes audiencias, incluso para incitar a la violencia. Hemos determinado que estos tuits son una violación de la Política de Glorificación de la Violencia y el usuario @realDonaldTrump debe ser suspendido de forma inmediata y permanente del servicio”, afirmó en un comunicado Twitter.

Gracias, Jack

Con un email titulado “Fly” (Volar) y un escueto “no estoy seguro de que alguien haya escuchado esto, pero he renunciado a Twitter”, Dorsey puso fin el pasado lunes a sus dieciséis años al frente de la red social del pájaro azul.

Lo hizo alegando 3 razones principales: su confianza en su sucesor Parag Agrawal, el nuevo miembro de la junta, Bret Taylor, y todos los usuarios de Twitter.

Dorsey afirmó que el hecho de elegir a su compañía sobre su propio ego se trataba de una decisión “difícil” que no muchos fundadores de empresas están dispuestos a tomar, pero añadió que en un futuro se probará que fue “correcta”.

El estadounidense de 45 años continuará hasta mayo formando parte de la junta ejecutiva, para ayudar a facilitar la transición de poderes de una empresa que confía que se convierta en la “más transparente” del mundo. Mientras tanto, él focalizará sus esfuerzos en el universo de los bitcoins y en su otro gran proyecto, Square, una empresa de servicios financieros y pagos digitales.

Agrawal deberá tomar las riendas de una red social que ha conseguido mantener su esencia desde el principio, y ha logrado congregar la conversación social del mundo contemporáneo sin tratar de adquirir funcionalidades de otras –a excepción de Spaces, su Clubhouse particular–. Es verdad que hay otras redes sociales menos tóxicas, pero no consiguen el aplauso unánime.

Su llegada también suscita muchas dudas... ¿Cuáles serán los próximos pasos de Twitter? ¿Incluirá el ansiado botón de editar? Dorsey se mostró muy tajante al respecto en una entrevista con WIRED en 2020: “Probablemente, nunca lo haremos”.

La razón es, precisamente preservar los orígenes con los que nació: ser una especie de SMS digital. “Una vez que envías el mensaje, ya no lo puedes deshacer”.