El estudio, divulgado en la reconocida revista científica JAMA Pediatrics, ha incluido a 47 niños de entre 3 y 5 años, a quienes se les ha realizado tomografías computarizadas (Tacs), y resonancias magnéticas.

Los padres de los menores de edad también han participado. A cada uno de ellos se les ha entregado una herramienta de medición, que ha sido comparada con los resultados de los niños.

La publicación asegura que los niños que pasan más tiempo frente a dispositivos electrónicos tenían menos mielina, una sustancia que está relacionada con las prolongaciones de las neuronas y la conducción de información entre las zonas del cerebro.

¿Y qué tiene que ver la mielina? La cantidad de este componente depende de la frecuencia con la que se utiliza; es decir, cuanto más elevado el nivel de mielina mayor es el nivel de desarrollo de los niños.

Todos los menores de edad que pasaban más tiempo frente a las pantallas tenían peores resultados en las pruebas de velocidad de procesamiento de lenguaje y, por lo tanto, un lenguaje expresivo más pobre.

Dado el impacto que tiene sobre la salud la inmersión precoz de la tecnología, la Organización Mundial de la Salud ha recomendado que para “crecer sanos, los niños tienen que pasar menos tiempo sentados mirando pantallas, dormir mejor y tener más tiempo para jugar activamente”.