Los dispositivos digitales se han convertido en un medio muy extendido de lectura y de aprendizaje en nuestra vida cotidiana, pero la mayoría de los lectores siguen prefiriendo el formato impreso. Y tienen razón: la comprensión de los textos es mejor en papel que en los nuevos sistemas. También para los jóvenes. Así lo revela el estudio “Don't throw away your printed books: A meta-analysis on the effects of reading media on reading comprehension” (“No tire sus libros impresos: un meta-análisis sobre los efectos de la lectura de los medios en la comprensión lectora”), de la Universidad de Valencia.

La investigación ha sido liderada por Pablo Delgado, Cristina Vargas y Ladislao Salmerón, de la Facultad de Psicología, con la colaboración de Rakefet Ackerman, del Institute of Technology de Israel, y ha sido cofinanciada por el proyecto europeo COST E-READ y por un proyecto del Ministerio de Economía y Competitividad. El estudio ha contado con datos de más de 170.000 participantes.

Las conclusiones del meta-análisis realizado por los investigadores demuestran que comprendemos mejor un texto cuando lo leemos en papel, especialmente bajo condiciones de tiempo limitado. La diferencia aumenta con las nuevas generaciones, que lejos de lo que se podría pensar, entienden mejor los textos en papel que sus antecesores.

“Esta situación se incrementa en menores de veinte años y la generación que ahora tiene dieciséis muestra un efecto de superioridad del papel mayor que las generaciones anteriores” asegura Ladislao Salmerón, psicólogo responsable del estudio. “Las nuevas generaciones comprenden todavía más en papel que en digital, en comparación a las generaciones previas” aclara Salmerón.

La lectura en soporte digital es más superficial, ya que la vinculación con los dispositivos se basa en interacciones rápidas, mientras que el papel conlleva una mayor profundidad. Las diferencias de comprensión son más visibles en textos informativos que en narrativos.

Tras leer un mismo texto informativo, los participantes que lo hacían en papel sacaban mejores resultados en los test posteriores, según un estudio de Ackerman y Lauterman, 2014. Las diferencias más notables se encuentran en pruebas con límite de tiempo, donde más del 70 % de los participantes que leían en papel acertaban en las pruebas, por un 60 % de los que lo hacían en formato digital. Los resultados se igualan cuando la prueba es de tiempo interrumpido o sin límite de tiempo, aunque siguen siendo mejores los resultados del papel.

El informe concluye con un llamamiento a investigadores y responsables políticos para que guíen a los estudiantes hacia una lectura digital efectiva. “Está claro que la lectura digital es una parte inevitable de nuestra vida cotidiana. Si los resultados de este análisis sugieren favorecer la lectura en papel sobre la digital, no es realista recomendar evitar los dispositivos digitales. Por lo tanto, hacemos un llamamiento a que los investigadores consideren cómo guiar a los estudiantes a lidiar con tareas digitales y tareas que a menudo se realizan con textos informativos y en tiempos limitados” concluye el estudio.