La sofisticación de los delitos relacionados con las tecnologías está adquiriendo nuevas fórmulas para defraudar a los usuarios. En España han aumentado significativamente los últimos años (los ciberdelitos ya significan el 18,3% del total de delitos cometidos en España). Si bien muchos de los fraudes se dirigen hacia cualquier usuario, su objetivo primordial es pescar entre aquellos perfiles que tengan un mayor desconocimiento y presenten un atisbo de vulnerabilidad.

El timo del “Wangiri” es una de sus últimas manifestaciones. Si no te ha pasado ya, seguro que te suena esta historia: en el teléfono figura una o varias llamadas perdidas. El número de procedencia en cuestión es extraño y capta tu interés porque los números largos suelen albergar alguna institución -un Ayuntamiento, centro de salud, colegio, etc.- o empresa interesada en contactar contigo. Así que, por curiosidad e interés personal o profesional, devuelves la llamada.

Ese es el error que da comienzo al timo de Wangiri, en japonés es algo similar a “llamada y corte”. El término define exactamente las características de esta estafa telefónica que ha llegado con fuerza a España. El engaño consiste en dejar un rastro en el móvil para que el remitente devuelva la llamada. Cuando lo haces, en realidad estás llamando a un número con tarificación especial en los que tanto el establecimiento de llamada como el tiempo que dure la llamada tienen un precio que se factura al margen de las tarifas planas o tarificaciones habituales en las compañías telefónicas.

Los defraudadores usan diferentes técnicas para mantener a la persona en espera, provocando que permanezca conectada y que aumente la tarificación. Desde el clásico hilo musical, hasta un espejo de tu propia voz, preguntas automatizadas, etc. El Wangiri no requiere de una persona estafadora en acción en vivo y en directo como es el caso del vishing, y se basa más en la sensación de inseguridad en el usuario. Ese margen de la tarificación es la recompensa de los ciberdelincuentes y la vas a pagar tú.

Así, cuando llega la factura mensual a casa o lo hace de forma electrónica ya han pasado unos días. Y te llega un plus, normalmente pequeñas cantidades, sobre el precio habitual.

Prefijos más que sospechosos

La OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), ante la proliferación de casos, ha proporcionado unos consejos para no caer en la estafa Wangiri, que ha difundido con el fin de prevenir al conjunto de la ciudadanía. A estos consejos, hemos sumado otros que pueden ayudarte a no caer en la trampa del Wangiri.

1. La mejor técnica es la prevención. Para hacerlo, algunos terminales tienen un filtro antispam en la sección de ajustes del teléfono, que ayuda a discriminar los números sospechosos y cribar solo números seguros.

2. Si estás ante el teléfono y la llamada dura menos de dos segundos, desconfía de inmediato. Alguien interesado en hablar contigo no desistirá en tan poco tiempo. Las llamadas hechas a conciencia para buscar una respuesta no suelen esconder nada bueno detrás.

3. Comprueba con esmero de dónde procede el número de teléfono del que tienes una llamada sin contestar. Los ciberdelincuentes suelen emplear números del extranjero para efectuar el Wangiri. Es fácil reconocer un número español, son los que después de + o de 00 vienen seguidos de un 34.

4. Si tras el + o el 00 siguen otros números diferentes del 34 quiere decir que procede de otro país y es el momento de ponerte alerta. Llamar al extranjero tiene un sobrecargo. Los números más habituales desde los que se han detectado Wangiris son procedentes de Albania (+355), Costa de Marfil (+225), Ghana (+233), Samoa Occidental (+685), Túnez (+216), Sri Lanka (+94), Uganda (+256), Italia (+39) o Nigeria (+234), aunque no es descartable que proliferen nuevas procedencias.

5. Entre los números sospechosos también hay que considerar los de tarificación especial, cuyos prefijos pueden ser +803, +806 o +807.

6. Algunos de los terminales que disponemos son capaces de geolocalizar de antemano la procedencia de la llamada. En ese caso, basta con consultar la pantalla antes de devolver la llamada y, si presenta una localización extraña, proceder a investigar. En caso de sospecha, lo mejor es el bloqueo.

7. Una buena praxis es buscar esos números extraños en los buscadores más conocidos en la red (Google, Bing, Yahoo, etc.) antes de llamar. Las comunidades digitales suelen estar atentas y alertar en diferentes páginas web los números fraudulentos, con el fin de establecer una cadena de prevención.

8. Repasa dónde puede figurar tu número de teléfono en Internet, para que no sea “cazado” por los ciberdelincuentes. Páginas webs, redes sociales, perfiles públicos, etc. Se recomienda no dejar rastros innecesarios en la red.

9. Agrega números sospechoso a tu “lista negra”, una opción de tu terminal en la que configuras una lista de números de teléfono sospechosos y desde los que se bloquea automáticamente la llamada.

10. Solicita a tu operador el bloqueo automático de llamadas al extranjero salientes. Esta opción es sensata si no se sueles hablar con el extranjero y es fácil de implementar, basta con comunicarte con tu operador y advertirle de la situación.

Ya he caído en el Wangiri, ¿ahora qué?

Si has caído en el timo, no te fustigues, le puede pasar a cualquier persona. Pero es el momento de tomar conciencia, ponerse en acción para evitar que se repita y ayudar a otras personas a no sufrirlo.

En el caso haber sufrido el Wangiri, la OCU recomienda denunciarlo a las Fuerzas de Seguridad del Estado en cualquier comisaría o directamente al INCIBE (Instituto Nacional de Ciberseguridad de España). Cerciórate de proporcionar toda la información posible que pueda resultar de utilidad para perseguir a los ciberdelincuentes: listado del registro de llamadas de tu operador, facturas que te han llegado, comprobación del cobro en el banco, etc.

En resumen, el Wangiri se evita con prevención, se cura con colaboración online y se denuncia para que las autoridades puedan extirpar esta lacra de nuestro día a día.