La contraseña es una llave que, junto a nuestro nombre de usuario nos da acceso a ordenadores, cuentas de correo, redes sociales o cuentas bancarias. Su función es asegurar el acceso personal y protegernos si alguien quiere intentar entrar en nuestros dominios cibernéticos.

Una contraseña débil, con un patrón sencillo o información personal, pone en bandeja a los piratas informáticos el acceso a nuestros datos. Para un experto, descifrar una contraseña débil es un proceso sencillo. En cambio, si la clave de acceso es fuerte y mezcla cifras, letras y símbolos sin una conexión clara se lo pondremos difícil al que quiera violar nuestra intimidad.

  • 5 consejos para una contraseña segura:

1. Combina cifras, letras y caracteres especiales

Evita las obviedades. Las contraseñas más usadas son "QWERTY" o "12345678". Hay que intentar ponérselo más difícil a los 'hackers', que no tardarían nada en descifrar este tipo de claves.

Lo ideal para conseguir una contraseña fuerte es usar entre 8 y 12 caracteres mezclando números y letras. Tu clave debe parecer desordenada e inconexa, si no, será vulnerable.

2. Usa una frase descompuesta, mejor que palabras completas

Ni palabras completas ni secuencias de números. Tampoco sirven combinaciones evidentes como "P455w0rd" ni datos que cualquiera pueda investigar en redes sociales.

Lo recomendable es usar una frase significativa para ti y que no olvides, y posteriormente descomponerla. Por ejemplo, "Siempre desayuno cereales con leche y zumo de naranja 100%", con estos datos podríamos crear la siguiente contraseña: "100PdCcL/Zn". Esta contraseña es segura, tiene 11 caracteres y combina letras, números y un símbolo ('/') que sustituye el "y". El único problema es recordarla, por ello es importante apuntarlas en algún lugar seguro.

3. Una contraseña para cada cuenta

Nunca uses la misma contraseña para diferentes cuentas o perfiles. Los piratas informáticos están al acecho y si consiguen tu clave y usas la misma en todas tus cuentas, tendrán acceso a todos tus datos privados.

4. Cambiar la contraseña con frecuencia

No dejes la misma contraseña durante mucho tiempo. Lo recomendable es que no estén más de seis meses en funcionamiento, especialmente en 'sites' que guardan tus claves y tienen acceso al material más sensible (correo, cuentas bancarias, redes sociales)

5. Apunta tus contraseñas en un lugar seguro o utiliza un gestor

Lo normal es tener que usar más de diez contraseñas distintas, entre correo personal y de trabajo, perfiles en redes sociales, cuenta bancaria, claves en dispositivos, etc. Con tantas claves es difícil acordarse de todas y ubicarlas con su respectivo usuario. Anótalas en algún lugar seguro que solo accedas tú, como un disco duro o algún cuaderno o bloc privado.

También tienes la opción de un gestor de contraseñas, aplicaciones (algunas de pago y otras no) que almacenan tus claves, te enseñan a cuidarlas y gestionarlas. Con estos gestores puedes crear contraseñas aleatorias y fuertes y el propio gestor te las almacena.