Partidos políticos, gobiernos y empresas hacen uso, cada vez más, de los servicios que facilitan las conocidas como “agencias de relaciones públicas oscuras” (Dark Public Relations). El fenómeno no es nuevo. En una práctica utilizada principalmente en el ámbito de la política que consiste básicamente en establecer una estrategia para destruir la reputación del adversario, es decir, en vez de centrar la comunicación en subrayar los logros o atributos propios, los esfuerzos se dirigen a enfatizar los defectos del competidor.

La novedad radica en la forma en la que se hace ahora y en la cantidad de empresas dedicadas a crear noticias falsas que se distribuyen por Internet para destruir al oponente. La Red ha contribuido a que publicar y distribuir desinformación sea más rápido y más barato.

Una investigación de BuzzFeed y The Reporter pone cara y ojos a este fenómeno, que representa el emprendedor taiwanés Peng Kuan Chin. Su compañía, Bravo-Idea, busca artículos relacionados con su objetivo, los rehace a su antojo, los aloja en webs de su propiedad y los distribuye en redes sociales a través de las cuentas falsas que también posee.

Pero su caso no es el único. A finales de diciembre, Twitter anunció el cierre de más de 5.000 cuentas que, según la compañía, formaban parte de una campaña de desinformación orquestada por la agencia de marketing Smaat y respaldada por el Gobierno de Arabia Saudí. Algo parecido ocurrió en Facebook con otra campaña, esta vez del partido del gobierno georgiano, desarrollada por la compañía local de publicidad Panda.

La diferencia del caso taiwanés, como explica BuzzFeed, radica en la herramienta que Peng Kuan Chin ha desarrollado para llevar a cabo su tarea. Desde 2013, el empresario se ha dedicado a crear un sistema que permite inundar la red con textos generados por Inteligencia Artificial que alteran los resultados de búsqueda. Es decir, crea mucho más contenido manipulado y multiplica exponencialmente su presencia en los lugares en los que desea influir. El peligro de estas campañas de desinformación es brutal. Hay casos por todo el mundo de elecciones influenciadas por las estrategias de noticias falsas, desempeñadas por compañías y partidos que centran todos sus esfuerzos en manipular la realidad para sus propios intereses.

Casi el 70% de los más de 6.100 estadounidenses que participaron recientemente en una encuesta elaborada por Pew Research Center reconocía que las noticias falsas habían minado enormemente su confianza en las instituciones gubernamentales.

Las redes sociales tratan de poner coto a las noticias falsas y las campañas de información, como la desarrollada por Levanta la Cabeza, buscan concienciar a los ciudadanos del peligro de caer en las redes de las fake news.

También las agencias de relaciones públicas están haciendo un esfuerzo por poner coto a esta práctica que lesiona gravemente el crédito de su trabajo. En 2019, que es cuando las actividades de las empresas dedicadas al Dark PR se ha multiplicado, las principales agencias del sector en todo el mundo firmaron una declaración de principios, recogida en la denominada Declaración de Helsinki, en la que subrayaron su compromiso de trabajar conforme a la ley y a las normas de la ética.