La Fundación Mutua Madrileña se ha unido al Equipo Mujer-Menor(EMUME) Central de la Guardia Civil para realizar un estudio de la situación de la violencia sexual que sufren los niños y adolescentes en internet. La muestra se compone de 3.000 participantes de los cuales 1.000 son padres y madres y los otros 2.000 jóvenes. Los resultados muestran que un gran número de menores ha sufrido algún episodio de violencia sexual en internet, desde recepción de fotos sexuales no solicitadas, chantajes amenazando con el envío de sus fotos íntimas o la creación de imágenes con IA donde la víctima aparece desnuda.
Situaciones de violencia sexual en la red
3 de cada 4 niños, niñas y adolescentes ha vivido una situación de violencia sexual digital. Este dato resume a la perfección la gravedad de la problemática. Entre estos episodios, las experiencias son muy diversas. La situaciones más comunes que viven 4 de cada 10 jóvenes son recibir fotos sexuales no solicitadas(el 43,3%), recibir mensajes insistentemente para tener una relación con casi un 42% y mensajes sexuales sin pedirlos(el 40,2 %).
Además, el 39,3% declaran que han sido víctimas de comentarios desagradables como burlas e insultos e incluso amenazas por contenidos que han subido a internet. Además, 2 de cada 10 asumen haber sido espiado por su pareja o por otra persona y la misma cifra declara que ha sido presionado para enviar contenido íntimo.
Entre otras situaciones menos comunes pero con graves efectos sobre las víctimas están la suplantación de identidad(alguien se ha hecho una cuenta haciéndose pasar por la víctima), reenviar vídeos sexuales de la víctima sin su permiso(sexting), chantajearle con difundir contenido mensajes, fotos o vídeos íntimos o la creación con IA de imágenes falsas de la víctima desnuda(12,9%).
El género de la víctima afecta en determinadas situaciones
A pesar de que no hay una gran diferencia de género en las víctimas totales(el 54% son mujeres y el 47% son hombres) las mujeres son más vulnerables en determinadas situaciones. Por ejemplo, reciben más mensajes sexuales sin solicitarlos(la frecuencia en mujeres es de un 54,8% y la de los hombres de un 26,6%) y lo mismo ocurre con el envío de fotos sexuales no solicitadas(55% vs. 31,6%). Ahora bien, los hombres son más susceptibles de recibir insultos por contenido previamente publicado.
Sin embargo, hay otros casos que afectan por igual a ambos géneros, como ser espiado por tu pareja o por otra persona, la suplantación de identidad o ser chantajeado con difundir mensajes, fotos o vídeos íntimos.
El estudio revela que los progenitores califican como“muy graves” o“graves” las experiencias vividas por sus hijos con mayor frecuencia que los propios jóvenes. Los padres son los que sienten un impacto emocional mayor cuando se enteran de que sus hijos han recibido imágenes sexuales no solicitadas, específicamente el doble del que reportan los mismo hijos.
El apoyo psicológico tras lo vivido
Casi el 30% de las víctimas necesitó ayuda profesional tras sufrir las situaciones de violencia sexual digital.
Las víctimas que han requerido más atención psicológica son las que vivieron la difusión de sus vídeos íntimos o sexuales sin permiso(el 25,6%), las que fueron chantajeadas con la difusión de contenido íntimo(el 24,7% necesitaron terapia), los que recibieron burlas, insultos, mensajes hirientes y amenazas por contenidos que ellos mismos publicaron(23,3%) y, por último, las víctimas de desnudos falsos creados por IA(el 22,3%). En definitiva, las experiencias que vulneran la intimidad y la imagen son las que más dañaron la salud mental de los menores.
Además, es muy común que las víctimas no cuenten lo ocurrido: uno de cada tres afectados no lo habló con nadie y 3 de cada 4 no se lo contaron a sus padres. Ante la pregunta de por qué no cuentan su experiencia, más de la mitad de las víctimas dice que es por vergüenza, por falta de confianza con sus padres o por el miedo a ser castigados. El 30%, sin embargo, declara que no lo han contado porque no lo han considerado tan grave.
¿Quiénes son los agresores?
Uno de los datos más impactantes del estudio es que en más de la mitad de los casos se señala como responsables de las agresiones digitales a personas del entorno de confianza de las víctimas. Entre estos predominan figuras como parejas, exparejas, amigos y amigas, compañeros de clase o de extraescolares… En el 19% de los casos son personas desconocidas y en el 13,4% personas conocidas en el ámbito digital.