Investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia han desarrollado una red social que utiliza técnicas de Inteligencia Artificial para advertir a sus usuarios del alcance y los riesgos de lo que van a compartir en Internet.
Aunque la edad mínima para utilizar las redes sociales suele ser de 13 años, la mayoría de los menores entra en contacto con ellas antes de ese tiempo y, según advierten todos los estudios, sin tener el conocimiento suficiente sobre los peligros que entraña la exposición en esas plataformas.
La herramienta desarrollada en la Politécnica de Valencia está pensada para que esos menores conozcan el alcance y los riesgos de la información que van a publicar en las redes sociales.
Peseida, que es como se llama la red, es capaz de advertir al usuario de forma muy gráfica sobre a cuánta gente va a llegar la información que va a publicar. Además, cuenta con un analizador de contenido que detecta información sensible del usuario y es capaz de discernir sus sentimientos y el nivel de estrés al escribir sus post.
La herramienta ofrece advertencias de este tipo: “El riesgo de privacidad de tu mensaje es alto; la publicación podrá ser vista por más de 1000 usuarios”. Su objetivo es tratar de influir en la decisión del usuario, pero sin limitarla, lo que los investigadores denominan ‘paternalismo blanco’.
Para el desarrollo de Peseida, el equipo clasificó la sensibilidad de diferente información del usuario: edad, nombre, fecha de nacimiento, peso… y así hasta 74 variables distintas, incluidos los datos de velocidad y forma de escritura, que pueden determinar su estado emocional en el momento de redactar un mensaje. Además, identificó aquellos factores más relevantes que hacen que un usuario acepte determinadas sugerencias mientras navega por la red social.
Así, el sistema se convierte casi en un asistente personal en cuanto a cuestiones de seguridad y privacidad en las redes y una herramienta para aprender buenas prácticas en el uso de las redes sociales.
“Se trata de una red dirigida principalmente a adolescentes, ya que nuestro objetivo es que sirva como una plataforma educativa en el uso de las redes sociales”, ha explicado Estefanía Argente, investigadora del equipo, a la agencia de noticias Sinc.
De momento, se ha usado con niños y niñas de entre 11 y 14 años pero su objetivo es que la tecnología pueda aplicarse a otras redes sociales para que sea útil para el público en general.