Ciberacoso, sexting, exposición a contenido pornográfico o conductas peligrosas… el estudio realizado por EU Kids Online en colaboración con INCIBE recoge un amplio catálogo de los riesgos que comporta la actividad -cada vez más habitual- de los menores en Internet.
El informe ‘Actividades, mediación, oportunidades y riesgos online de los menores en la era de convergencia mediática’ traza un completo cuadro de situación sobre la relación de los jóvenes con las nuevas tecnologías, un escenario en el que la proliferación de los teléfonos móviles tiene un impacto señalado y en el que el 33% de los niños y adolescentes entre 9 y 17 años afirman haberse enfrentado a situaciones que les han molestado.
Los niños cada vez usan antes los smartphones, que se convierten en su principal acceso a internet. Un 76% de los menores de entre 9 y 17 años dice que es el dispositivo que más utiliza a diario para conectarse. Por edades, el 43% de los niños y niñas de entre 9 y 10 años utiliza un móvil, dato que se dispara al 97% en la franja de los 15 a 17 años.
De media, los menores pasan unas tres horas diarias conectados, aunque ese dato desciende a dos horas en los niños y niñas de 9 y 10 años. Las principales actividades son las de comunicación con la familia y sus amigos, y las de entretenimiento (música, vídeos y juego online) y, por supuesto, muchas tienen un impacto positivo en sus vidas. Pero también hay riesgos al acecho.
El 33% de los encuestados en el estudio dice haber tenido experiencias negativas en internet, aunque hay que tener en cuenta que la mayoría se ha tratado de episodios esporádicos. Aun así, es destacable que hay un 10% de éstos que dice que esas situaciones desagradables ocurren todos o casi todos los días. Otro dato reseñable, casi uno de cada cuatro afectados por estas experiencias negativas (23%) no habló con nadie sobre lo que les incomodó.
Uno de cada tres menores asegura haber sufrido bullying online u offline. El acoso, que se describe en el estudio como las burlas, la agresión física o el aislamiento social, es más usual de forma presencial que a través de los medios electrónicos. El tipo de ciberacoso predominante son los mensajes desagradables en el móvil, que afecta a uno de cada cinco de los entrevistados que fueron víctimas de bullying, seguido de un 15% que declara haber sido objeto de exclusión y aislamiento, y un 9% que vio cómo se hacían públicos mensajes desagradables e hirientes sobre ellos, les obligaron a hacer cosas que no querían hacer y recibieron amenazas.
Pero el informe de INCIBE da datos también sobre la otra cara de la moneda: un 20% de los encuestados entre 9 y 17 años reconoce haber ejercido en algún momento alguna forma de acoso sobre sus compañeros.
Otra de las preocupaciones más destacadas es la exposición a contenido sexual. En 2018, el 42 % de los menores de 9 a 17 años vieron imágenes de carácter sexual en internet o a través de otro medio.
Aunque si se comparan con los resultados obtenidos en este estudio hace tres años el dato general se reduce 10 puntos porcentuales, es llamativo que el acceso a la pornografía en la franja de 15 a 17 años asciende ya a un 75%. Asimismo, tener conversaciones o compartir contenidos de índole sexual, el denominado sexting, se extiende entre las franjas de menor edad. Eso sí, la cifra disminuye en comparación con 2015, descendiendo de un 30% a un 26% de los encuestados, lo que revela que en 2018 uno de cada cuatro menores recibió mensajes sexuales.
Lo que ha aumentado considerablemente es el contacto con desconocidos en Internet en todos los grupos de edad. En total, el 40% de los jóvenes dicen haber contactado por la red con personas que no conocían cara a cara, frente al 21% que reportaba esta situación en 2015. Eso sí, el informe señala que lo que refleja es que los jóvenes utilizan las redes sociales para ampliar sus propias redes personales, entrando en contacto con gente nueva, y que los casos de grooming, en los que un adulto puede abusar física y psicológicamente de un menor, son poco frecuentes aunque generan alarma y atención mediática.
Por último, el informe detalla el acceso de los jóvenes a las páginas con contenidos peligroso. Un 26% de niños y niñas de entre 11 y 17 años ha estado expuesto a contenido sobre autolesiones, un 18% a temáticas de suicidio, un 19% a páginas que fomentan trastornos alimentarios y un 36% a sitios vinculados con mensajes de odio contra ciertos grupos o personas.