Llegar a más seguidores en las redes sociales es una práctica que interesa a empresas y partidos políticos. Es un procedimiento habitual y legal, pero no deja de ser una manipulación que deberían controlar las grandes empresas tecnológicas. Hablamos de falsos perfiles que convierten a otros en influyentes.
La investigación de la OTAN sobre páginas de 5 países ha dado unos resultados alarmantes: con 300 euros compras 3.500 comentarios, 28.000 "me gustas", 20.000 visualizaciones y 5.100 seguidores nuevos.
La mayoría de los falsos perfiles de estos seguidores, creados con un nivel alto de sofisticación, son difíciles de detectar, pero el Centro de Comunicaciones Estratégicas de la OTAN detectó en la elaboración de este informe más de 18.000 de ellos. ¿Los eliminarán?