El fiscal general de Nuevo México, en Estados Unidos, ha demandado a Alphabet, matriz de Google, alegando que ha recopilado información de estudiantes menores de edad sin su permiso.
Según ha adelantado The New York Times y han recogido varios medios, como el español El Mundo, el fiscal, Héctor Balderas, acusa a la compañía de haber empleado los programas y servicios educativos que la firma ofrece para unos fines distintos a los declarados. Esos servicios se utilizan también en numerosos colegios españoles.
La demanda dice que Google ha usado estos programas, pensados para escuelas y profesores, para espiar a los menores y obtener así información personal sobre ellos. Google Education es una iniciativa de Alphabet para que niños con poco recursos tengan acceso a educación.
Se trata de un paquete de servicios destinado a estudiantes de primaria, secundaria y estudios superiores que funciona como un campus virtual en la nube y que incluye correo electrónico, los servicios de Drive (procesador de texto, plantillas para presentaciones y hojas de cálculo) y almacenamiento en la nube, entre otros.
Balderas sostiene en la demanda que más de la mitad de las escuelas públicas de Estados Unidos y unos 90 millones de estudiantes y docentes en todo el mundo utilizan las aplicaciones gratuitas de Google Education para fines educativos. Además, unos 25 millones de alumnos y profesores también usan Chromebooks, ordenadores portátiles que funcionan con el sistema operativo Chrome desarrollado por la compañía.
El Mundo detalla que Google Education, que se comercializa también en España, presume de ser "compatible con el cumplimiento de rigurosos estándares" entre los que menciona a COPPA, la Ley de Protección de la Privacidad Infantil en Internet de 1998 que, según la demanda, la compañía estaría vulnerando.
En su demanda, la fiscalía señala que “mientras que Google proporciona Google Education como una herramienta benigna para responder a las escuelas faltas de recursos en todo el país, utiliza de forma secreta Google Education como una herramienta para monitorizar a los niños mientras buscan en internet, incluyendo las búsquedas que hacen en sus casas, en sus ordenadores personales, en sus teléfonos y en sus redes privadas".
La compañía ha respondido que son los colegios quienes tienen el control total de la privacidad del menor y que ellos no tienen el más mínimo control de los datos.
En Estados Unidos el problema es que no hay una ley común: cada estado crea y aplica sus propias normas, también en el asunto de la privacidad, donde cada territorio tiene su propia regulación.