Los resultados muestran que la detección de marcadores, tanto de ADN como de productos proteicos de ADN, fue dos veces más precisa a la hora de identificar la enfermedad que la detección de ADN solo.

Estas pretenden detectar las moléculas de ADN específicas para el cáncer en medio de un amplio mar de ADN normal que circula en la sangre, y que, por lo general, los tumores tienden a deshacerse de su ADN mutado ahí. De esta manera es posible que los científicos utilicen herramientas de secuenciación genómica para que encuentren ADN vinculado al cáncer a través de la sangre.

Este tipo de cáncer se identifica tarde, cuando está muy avanzada y la cirugía no es la mejor opción para tratarlo. Si el estudio se prueba, podría utilizarse para identificar a los pacientes con cáncer pancreático asintomático temprano.

El equipo ha demostrado que el ADN puede identificarse en la sangre de más del 85% de los pacientes con cánceres avanzados. Sin embargo, se desconoce la sensibilidad de la detección de estos pequeños fragmentos de ADN en la sangre de pacientes con cánceres precoces. Por eso, en el trabajo se recogieron muestras de sangre y tejido tumoral de 221 hombres y mujeres, en su mayoría caucásicos, con cáncer pancreático en estadio I y II que se sometieron a cirugía para extirpar el páncreas en distintos hospitales. Otras 182 personas sin historia conocida de cáncer, enfermedad autoinmune o patología renal crónica donaron su sangre para el estudio.

Los científicos fueron capaces de identificar al 30%, o sea, a 66 de los 221 pacientes con cáncer de páncreas en estadio temprano mediante el uso de su herramienta de detección de sangre para tamizar las mutaciones en el ADN del gen KRAS solo, un marcador temprano del desarrollo del cáncer pancreático, pero pretendían encontrar más de ese 30% de cánceres precoces y evitar falsos positivos. Por ello, recurrieron a biomarcadores de preoteínas que circulas en la sangre, que se utilizan para identificar enfermedades como la diabetes.

En especial, los investigadores utilizaron el biomarcador de proteínas CA19-9, utilizado para monitorear pacientes con cáncer de páncreas por recurrencia. Sin embargo, el nivel de CA19-9 empleado para monitorizar la recurrencia es bajo, unas 37 unidades/mL, porque los médicos quieren identificar los cánceres de rebrote con rapidez.

Por otro lado, algunas personas sin cáncer también pueden tener bajos niveles de la proteína, como los que tienen cálculos biliares, por lo que optaron por un nivel de CA19-9 de 100 unidades/mL. Cuando los científicos sólo buscaron CA19-9 en la sangre de los participantes del estudio, lo encontraron en 109 de los 221 pacientes, un 49%. No obstante, cuando combinaron la detección de mutaciones KRAS, CA19-9 y tres otros biomarcadores de proteínas, los científicos identificaron correctamente el cáncer de páncreas en 141 de los 221 pacientes, un 64%.

En contraste, sólo un individuo entre su grupo de control de 182 personas sin cáncer tenía elevación de uno de los cinco biomarcadores, por lo que este estudio demuestra que puede ser posible usar marcadores múltiples para precisar la detección del cáncer pancreático temprano con una prueba de sangre, y tratar a esos pacientes más temprano y mejor.

El equipo utilizó el sistema de código de barras molecular para asegurar que cada mutación KRAS era real, con lo que mostraron que había una concordancia completa entre las mutaciones detectadas en la sangre y las mutaciones halladas en los tumores.

Las mutaciones que detectaron también son comunes en los cánceres de pulmón y de colon, y están planeando usar un enfoque similar, combinando proteínas y biomarcadores de ADN, para identificar cánceres precoces de varios tipos, según los investigadores, que además, estiman que el coste de la prueba sería entre el de la mamografía y la colonoscopia.