Nuestro país cuenta con una superficie forestal que supone aproximadamente el 26% de su terreno. Una cifra que se traduce en más de 13 millones de hectáreas de bosque. De estos bosques, que presentan una enorme variedad según la zona del país en que se encuentren, cada año suele quemarse una media de 100.000 hectáreas. Algo que en los últimos 20 años ha terminado por alcanzar una superficie quemada equivalente a la de la Comunidad Valenciana.
Los incendios forestales, que cada año se convierten en uno de los principales protagonistas, sobre todo en las temporadas más calurosas, se producen en un 96% de las ocasiones por medio de la mano del ser humano. Y en su inmensa mayoría, se debe a descuidos o a comportamientos irresponsables en el monte.
Desde distintas asociaciones como WWF alertan de que, si bien en los últimos años ha aumentado la eficacia de los medios de extinción y se ha visto reducida de forma considerable la media anual de superficies en llamas, es necesario llevar a cabo una importante mejora en la infraestructura y los planes contra incendios.
Desde WWF o Hazte Eco se denuncia la necesidad de llevar a cabo estas actualizaciones en la lucha contra el fuego, por la mayor vulnerabilidad que sufren los montes, y que suponen incendios de mayor densidad e impacto. Además, todavía son necesarias las campañas para concienciar, tanto a una población rural donde el uso del fuego está muy arraigado y generalizado, como al resto de ciudadanos, cuyos descuidos pueden terminar en un grave incendio.