Manila ha acogido la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres, coordinada por la ONU y formada por 126 países, en la que se ha aprobado un plan de 100 acciones con el objetivo de proteger al buitre, al león africano o al oso del Gobi, según ha informado la organización ecológica SEO/ BirdLife.

La inclusión de las especies de buitres en el apéndice I de la convención aumenta la alerta ante el riesgo de extinción e insta a los países firmantes a prohibir su captura, conservar sus hábitats y eliminar obstáculos para sus migraciones.

Actualmente, de las 23 especies de buitre que hay, 16 están amenazadas y 8 de estas se encuentran en situación crítica. Por eso, SEO/ Birdlife respalda estas medidas y recuerda que España junto con Portugal e Italia son los países de Europa donde más buitres viven y, en el caso de España, su población es una de las mejor protegidas de la Tierra.

En la CMS han incorporado a cinco buitres africanos (buitre de El Cabo, alimoche sombrío o buitre encapuchado, buitre moteado, buitre dorsiblanco africano y buitre cabeciblanco), cuatro asiáticos (buitre indio, buitre picofino, buitre dorsiblanco bengalí y buitre cabecirrojo) y el buitre tordo u orejudo.

Entre las medidas que forman este proyecto destaca la prohibición de la utilización de los productos tóxicos que perjudican a los buitres, el reemplazo de la munición de plomo y el tratar de acabar con el comercio de partes de buitres usadas en hechicería, acción dada sobre todo en África y Asia. Además de las anteriores, pretenden reducir la mortalidad de los buitres por electrocución y choque en tendidos y aerogeneradores y ayudar a que estas aves tengan suficiente alimento libre de sustancias tóxicas.

Los buitres no son los únicos que han entrado en la CMS, también se ha pactado proteger al máximo nivel al chimpancé, al león africano, al oso del Gobi (subespecie del oso pardo) y a la jirafa.

El chimpancé ha reducido su población un 50% en las últimas tres generaciones, el censo del león africano se ha reducido un 43% desde 1993 y el oso del Gobi cuenta actualmente con 45 ejemplares en estado salvaje. Por otro lado, la jirafa ha entrado en el apéndice II, lo que significa que no está en alto riesgo de extinción pero sí son necesarias medidas para fomentar su conservación.