Un hogar español acumula, aproximadamente, 30 kilos de plástico al año. Patricia y Fernando han conseguido reducir esta cantidad a 10 gramos.

Todo comenzó hace dos años con un único objetivo: llegar al residuo cero. Para ello, entre otros ejemplos, utilizan tarros de cristal, hacen la compra en bolsas de tela y compran todo a granel.

Una forma de vida con la que animan a otras personas a seguir su ejemplo ya que los plásticos contaminan nuestro planeta y cada año ocho millones de estos materiales acaban en el mar.

Por eso, vivir sin plástico es posible y es una manera de poner nuestro granito de arena para no perjudican al medio ambiente.