Debido a las macro-mareas características de la zona, el mamífero pudo acabar siendo arrastrado a la zona donde fue encontrado, como ha adelantado Renata Emin, presidenta de la ONG Instituto Bicho D'Agua. Algo que se debe a la localización de la isla, situada en la desembocadura del Amazonas y que se inunda completamente hasta dos veces al día.

Sin embargo, lo que ha llamado la atención de los expertos es el hecho de que esta cría de cetáceo haya sido encontrada en un punto que no entra en la ruta de las poblaciones de ballenas del Atlántico norte ni del Atlántico sur. Una incógnita que esperan resolver pronto a través de la obtención de muestras de ADN del animal para averiguar su procedencia y entender qué fue lo que lo llevó a esta zona concreta del estado amazónico de Pará.

En la actualidad, la mayor cuna reproductiva de ballenas jorobadas de encuentra en el litoral brasileño, en el Atlántico sur, donde se producen desplazamientos de hasta 20.000 ejemplares entre los meses de junio y noviembre. Un dato posible gracias al aumento del 10% anual de esta especie, desde que en 1996 se prohibiera su caza.