Entre 2008 y 2011, la población de besugo en el Estrecho sufrió un enorme descenso. Un hecho que se explica por los niveles descontrolados de sobrepesca que se dieron sobre 1983, y que habrían acabado con hasta 2.300 toneladas de este pez.

Sin embargo, desde 1999 comenzaron a adoptarse una serie de medidas para la protección de esta especie, que hasta 2007 explicarían la significativa recuperación de los ejemplares de besugo. No obstante, y aunque en la actualidad se mantiene parte de esa normativa, como la reducción de la temporada de pesca a 140 días, o el aumento del tamaño mínimo de las capturas a 33 cm, lo cierto es que la especie no parece recuperarse.

A esta sobreexplotación pesquera se le suman también otros factores que explicarían la dificultad del besugo para recobrar el número de ejemplares de años anteriores. Ya que, como observan algunos expertos, “Es sumamente difícil desagregar el efecto de la pesca y del ambiente sobre la abundancia, para toda población sometida a explotación en un contexto de cambio climático”.

Las conclusiones del estudio atribuyen el declive de esta especie, sobre todo en la actualidad, a la intensa perturbación de la pesca en años anteriores. Por otra parte, los cambios ambientales en la zona del Estrecho de Gibraltar solo ayudarían a explicar la mejora o perjuicio de esta especie.