El actual presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que ha cuestionado en diversas ocasiones la existencia del cambio climático, ha acordado este miércoles un proyecto ley que permite la minería y la generación de energía eléctrica en las reservas indígenas, una de sus promesas desde que asumiera el cargo; rechazada por indígenas y ecologistas.

El presidente ha explicado que la minería y la construcción de hidroeléctricas en las reservas están previstas en el artículo 231 de la Constitución de 1988, aunque hasta ahora no hayan sido reglamentadas.

De este modo, la propuesta establece las "condiciones específicas" necesarias para reglamentar la exploración y explotación de recursos minerales, incluso del garimpo (minería artesanal), el petróleo y el gas, así como de la energía hidroeléctrica en las reservas indígenas.

Además, el proyecto permite que los propios habitantes exploten económicamente sus tierras a través de actividades agropecuarias y el turismo, algo que actualmente está prohibido debido a que se consideran propiedades del Estado delimitadas para el usufructo de los pueblos que las ocupan.

Aparte de la autorización de los dueños de las reservas, las actividades mineras de las tierras indígenas van a depender de la aprobación del Congreso, y se prevé que el pago de compensaciones sea afectado por la restricción al usufructo de sus propias tierras.

Desde que Jair Bolsonaro llegó a la presidencia el 1 de enero de 2019, se ha mostrado participativo en la explotación económica de la Amazonía y ha afirmado que no pretende crear nuevas reservas indígenas, pues considera una "exageración" que los pueblos originarios ya ocupen cerca del 14% de todo el territorio de Brasil.