La Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ) ha realizado un estudio, junto con el Gobierno de Aragón y las Universidades de Zaragoza y de Castilla La Mancha, ante la sospecha de que un simple mosquito era capaz de matar a un quebrantahuesos, una hipótesis que ya está confirmada.

Dicha sospecha comenzó hace siete años cuando se analizó un polluelo de un nido que no tenía masa muscular y dio positivo. Este fue tratado en el momento con un antiparásito y logró sobrevivir, pero actualmente sigue siendo paciente de malaria.

Si no se coge a tiempo la enfermedad, el efecto del parásito es rápido y el animal puede morir en pocas semanas.

El reciente análisis de la FCQ ratificó en una primera fase la presencia de mosquitos transmisores de estos parásitos en el Pirineo Aragonés, la zona de Europa con más población de quebrantahuesos reproductor, y donde no es común encontrar este tipo de parásitos. Mientras que en una segunda investigación se encontraron los mosquitos en época de reproducción y en la que los polluelos están en los nidos.

De hecho, el grupo también ha localizado los parásitos por encima de 1.500 metros de altitud en Benasque, según ha comentado la investigadora Úrsula Hoffel, quien ha incluido en su declaración que "en el momento que hay mosquitos, hay malaria".

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