Cada año arden más de 100.000 hectáreas en España. Una cifra que supone la deforestación de una superficie mayor a la ocupada por Castilla la Mancha.

Agosto es el mes en el que más incendios forestales se producen, seguido de marzo. En este caso, la culpa de los incendios gira en torno a las quemas para regenerar pastos. Y, aunque destaque sobre todo en el norte de la península, esta práctica para avivar la tierra es responsable del 20% de los incendios que tuvieron lugar en la península entre 2004 y 2013.

La primera causa de incendios en España, no obstante, se encuentra en el empleo del fuego en prácticas agrícolas pero, sobre todo, en las negligencias. Y en este último caso, a los cigarros mal apagados, se les puede culpar también de provocar la quema de los bosques.

Las colillas, que han hecho arder más de 4.000 hectáreas en los últimos 20 años. Además, tardan entre uno y ocho años en degradarse, por lo que también son una importante de contaminación. En este tiempo, las sustancias químicas tóxicas de los cigarrillos acaban en la tierra, lo que supone un grave perjuicio para la vida de los bosques.

La pérdida de vida animal por culpa de los incendios es tan alta que en 1986, por esta causa, desapareció el 30% de los ejemplares de tortuga mediterránea. Más tarde, otro incendio al sur de Francia acabaría con la vida del 85% de esta especie.

Por todo ello, desde la Asociación Reforesta recuerdan la importancia de evitar arrojar cigarrillos, tanto al pasear por cualquier monte o zona boscosa, como a través de la ventanilla del coche en el momento de circular por una de estas zonas.