Un estudio publicado en AGU Geophysical Research Letters afirma que el calentamiento de las aguas oceánicas provocado por la crisis climática ha generado un descenso del brillo de la Tierra, debido a que existen menos nubes brillantes que reflejan la luz solar hacia el espacio y, por tanto, queda más energía atrapada en el sistema climático terrestre.

El equipo, junto con el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) descubrió que la Tierra refleja cerca de medio vatio menos de luz por metro cuadrado de lo que reflejaba hace 20 años. Esto supone una disminución del 0,5% de la reflectancia del planeta, que refleja un 30% de la luz solar que la ilumina.

Los datos de la investigación evidenciaron un descenso significativo del albedo (la reflexión de la luz solar sobre la Tierra) en las dos últimas décadas, donde la mayor caída se ha registrado durante los últimos tres años.

En este sentido, la luz solar neta que llega a la Tierra se ve afectada por el brillo del Sol y la reflectividad del planeta, pero los cambios en el albedo no se deben a los cambios periódicos en el brillo solar, lo que significa que son provocados por algo del propio planeta.

Por ello, el estudio afirma que, durante los últimos años, se ha producido una reducción de las nubes bajas brillantes y reflectantes sobre el Océano Pacífico oriental, zona en la que se ha dado, a su vez, un aumento de la temperatura del mar debido al cambio climático global.

El hecho de que la Tierra se oscurezca implica, al mismo tiempo, la existencia de una importante energía solar adicional presente en la atmósfera y los océanos, que puede contribuir al calentamiento global.