Dirigido por la London School of Hygiene & Tropical Medicine (LSHTM) y la Universidad de Berna (Suiza) y hecho en colaboración con universidades de Barcelona, Santiago de Compostela, Valencia y Madrid, la investigación concluye que entre, 1991 y 2018, el 37% de las muertes relacionadas con el calor se debieron a la crisis climática provocada por el hombre.

El estudio advierte además de que los cambios locales del clima y la vulnerabilidad de su población, dispararon el porcentaje de muertes en los países de América Central y del Sur (hasta el 76% en Ecuador o Colombia, por ejemplo) y del Sudeste Asiático (entre el 48% y el 61%).

La investigación, que se ha publicado este lunes en la revista Nature Climate Change, se basa en datos de 732 localidades de 43 países de todo el mundo, la mayor realizada hasta la fecha.

España es uno de los países del sur de Europa donde más calentamiento se ha observado.

Concretamente, el número de muertes por calor relacionado con la crisis climática “es de 704 por año en el período de verano en las capitales de provincia de España, en concreto, 177 en Madrid, 94 en Barcelona y 39 en Sevilla”, puntualiza.

Estas cifras son bastante más elevadas, por ejemplo, que las que notificadas en el Reino Unido, donde las muertes relacionadas con el calor y atribuibles al cambio climático ascienden a 82 en Londres, 16 en Manchester, 20 en West Midlands o 4 en Bristol y Liverpool cada año.

Aunque en promedio más de un tercio de las muertes relacionadas con el calor se deben al cambio climático inducido por el hombre, el impacto varía sustancialmente entre regiones y, paradójicamente, los países más pobres y que menos emisiones han emitido en el pasado, están siendo los más afectados por sus consecuencias.

El estudio detalla la mortalidad de algunas ciudades de todo el mundo, cifras que permiten observar el grado de vulnerabilidad por regiones: 136 muertes más al año en Santiago de Chile (44,3% del total de muertes relacionadas con el calor en la ciudad), 189 en Atenas (26,1%), 172 en Roma (32%), 156 en Tokio (35,6%), 177 en Madrid (31,9%), 146 en Bangkok (53,4%), 82 en Londres (33,6%), 141 en Nueva York (44,2%) y 137 en Ciudad Ho Chi Minh (48,5%).

A la vista de estos datos, el análisis destaca que es fundamental adoptar cuanto antes medidas de adaptación más eficientes y estrategias de mitigación ambiciosas que reduzcan al máximo la mortalidad atribuible al calor.

La proporción de muertes relacionadas con el calor seguirá aumentando si no hacemos algo contra el cambio climático o nos adaptamos, según señala la investigadora Vicedo-Cabrera.

Por ahora, la temperatura media mundial únicamente ha aumentado alrededor de 1°C, pero eso es solo “una fracción de lo que podríamos afrontar si las emisiones siguen creciendo sin control”.

España y otros países del sur de Europa, de acuerdo con las proyecciones de calentamiento, serán muy vulnerables al calor, por lo que “es bastante posible que las poblaciones de esta zona geográfica sean de las más afectadas por el cambio climático y las altas temperaturas”, asegura Vicedo-Cabrera.