Un grupo de científicos advierte en un informe publicado en la revista Nature Geoscience que la capa de ozono se ve perjudicada por los productos químicos que no siguen el tratado de las Naciones Unidas que se ocupa de proteger el ozono de la atmósfera. 

Ryan Hossaini, autor principal del estudio y miembro de la Escuela de la Tierra y del Medio Ambiente de la Universidad de Leeds, asegura que "la producción industrial de los VSLS no está controlada por el Protocolo de Montreal de las Naciones Unidas porque históricamente estos químicos han contribuido poco a la destrucción del ozono".

Para realizar esta investigación, los científicos hicieron uso de un modelo en 3D de la atmósfera y así poder determinar los efectos de los VSLS sobre el ozono y el clima. Además, se midieron los VSLS en la atmósfera en las últimas dos décadas que revelaron un rápido aumento de las concentraciones atmosféricas de diclorometano, un VSLS utilizado en procesos industriales y creado por el hombre.

Hossaini aseguró también que debido a la corta vida atmosférica de los VSLS, estos "rompen y destruyen el ozono en la parte más baja de la estratosfera. Esto es importante, ya que una molécula de ozono perdida en esta región tiene un impacto mucho mayor en el clima que una molécula destruida en las zonas altas de los gases de larga vida".

Los VSLS son un tipo de gases que además de ser liberados por la actividad humana, se generan de forma natural a través, por ejemplo, de las algas de los océanos. En este estudio, los expertos quisieron separar la procedencia de los VSLS para así determinar la importancia de cada tipo de orígen. Se determinó que actualmente el 90% de la pérdida total de ozono está causada por los VSLS emitidos naturalmente. Sin embargo, aunque los emitidos por el hombre representen el 10%, se trata de una cifra que cada vez aumenta más y que se elevará en los próximos años.

Otro de los científicos encargados del estudio, Stephen Montzka de la Administración Oceánica y Atmosférica Nacional (NOAA) aseguró que "los aumentos de diclorometano observados son sorprendentes e inesperados; las concentraciones habían ido disminuyendo lentamente a finales de 1990, pero desde entonces se han incrementado por un factor de dos en sitios en todo el mundo".

Hossaini explicó que no queda claro que es lo que está motivando este crecimiento, pero cree que irónicamente podría tratarse de los gases que se lanzaron a la atmósfera para contrarrestar los efectos de los CFC. "Esto significaría que la producción de productos químicos inocuos para el ozono está lanzando en realidad algunos gases que destruyen el ozono en la atmósfera", concluyó el científico.