Los expertos afirman que el modelo sería capaz de compensar el cambio climático que experimenta la mayor parte de la población, desde el punto de vista experimental, aunque siempre queda la duda de qué ocurrirá en realidad. Es cierto que el clima cambiará y, aunque no se pueda parar todo el cambio climático, sí se puede reducir con este tipo de herramientas que requieren un buen manejo basado en la ética y la deontología ya que permiten beneficiar a muchas personas y minimizar los daños de otras, aunque también lo contrario.

Existen numerosos ejemplos, como el de geoingeniería solar, de Ken Caldeira, experto de la Universidad de Stanford (EEUU), que pretende controlar la luz solar que entra en la atmósfera y, así, invertir un calentamiento global.

Algunos proyectos de este tipo están disponibles en el mercado, como demuestra el hecho de que en marzo de 2012 la Comunidad de Madrid destinara cerca de 120.000€ a un proyecto para incrementar las precipitaciones de nieve mediante tecnologías de estimulación controlada de las nubes a la empresa alemana Radimeter Physics. Lo mismo ocurre en Israel, donde ya llevan más de 30 años investigando en tecnología de bombardeo de nubes.

Por su parte, la Universidad de Columbia (EEUU), ha desarrollado una iniciativa para crear árboles sintéticos capaces de capturar y almacenar CO2 como lo hacen los reales, pero con mayor rapidez y eficiencia, o el de la empresa suiza Climeworks, que ha construido la primera planta comercial de captura de dióxido de carbono directamente del aire para transformarlo en fertilizante.

Otros proyectos de geoingeniería abarcan desde el lanzamiento de microcristales al espacio o partículas de sal para que la radiación rebote hasta el vertido de hierro en los océanos para fomentar el crecimiento de plantas microscópicas que absorban CO2 y lo arrastren al fondo del mar.

Algunos expertos se preguntan si quizá deberían dejar la geoingeniería en 'stand by' porque la tecnología no nos salvará, y empezar por cambiar el modelo energético vigente, y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.