Los investigadores de la Universidad de California Irvine han descubierto la relación entre el océano Atlántico y los huracanes e incendios, según un estudio publicado en la revista científica 'Geophysical Research Letters', en una fecha cercana al décimo aniversario del huracán Katrina que asoló Nueva Orleans.

La mecánica que relaciona estos dos fenómenos es sencilla. Si la temperatura superficial de las aguas del Atlántico norte es más cálida de lo normal se producen menos lluvias en el sur de la Amazonia. Por lo tanto, cuando llega la época de las sequías, el agua almacenada en el suelo es menor, las plantas transpiran menos cantidad de agua y la atmósfera se reseca, lo que genera mayor riesgo de incendios.

Las aguas más calientes del Atlántico norte ayudan a que se desarrollen los huracanes y, además, atraen un cinturón de lluvias tropicales conocido como la Zona de Convergencia Intertropical, lo que aleja la humedad de la zona sur de la Amazonia.

"Los huracanes en el Atlántico Norte y los incendios amazónicos se relacionan entre sí a través de enlaces compartidos con interacciones océano-atmósfera en el Océano Atlántico tropical", afirmaba Yang Chen, autor principal del estudio.

"Los incendios del sotobosque en bosques amazónicos son extremadamente dañinos, ya que la mayoría de los árboles de la selva no están adaptados al fuego. La sincronización de los daños forestales de los incendios en América del Sur y las tormentas tropicales en América del Norte destacan lo importante que es considerar a la Tierra como un sistema", afirmaba el coautor Douglas Morton, científico del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA.