El presidente estadounidense Donald Trump ha puesto en marcha una orden ejecutiva por la que pretende frenar una norma creada por el Gobierno de Obama para limitar la contaminación en el agua.

Esta norma se aprobó en 2015 con el objetivo frenar la contaminación en las grandes masas de agua, como el río Misisipi, pero también en otras más pequeñas, como arroyos no navegables o pantanos, un punto que generó controversia en el país.

Por ello, Trump ha catalogado la medida de "desastre" y ha defendido que la norma extendía las regulaciones del Gobierno federal "a prácticamente cada charco, a cada zanja en la tierra de un agricultor o a donde decidieran", lo que la convierte en "una extralimitación de poder masiva".

Trump ha pedido a la EPA que considere dar marcha atrás, medida que no tiene un impacto legal inmediato, sino que supone un proceso que podría llevar años.

El presidente también pretende crear un decreto similar en el que pedirá al director de la EPA, Scott Pruitt, que comience un proceso de revisión y retirada de la regulación más importante sobre cambio climático de Obama.

Esta tenía como objetivo reducir las emisiones de las plantas termoeléctricas de Estados Unidos en un 32% en 2030, con respecto a los niveles de 2005, lo que le permitió liderar las negociaciones para el acuerdo global sobre cambio climático de París.