Imagina cubrir una solicitud de una beca y no saber dónde poner tu nombre; o en la Declaración de la Renta, no tener claro cómo pasar de página. Hacer la lista de la compra y no poder poner tu número de tarjeta; preparar los regalos de Navidad y no saber en qué tienda estás entrando; pedir cita en el médico de cabecera y no poder ni rellenar el hueco con tu número de la Seguridad Social. Todos estos casos tienen un denominador común: la accesibilidad web. La transformación digital ha revolucionado nuestro entorno en los últimos años. La rápida penetración y adaptabilidad a esta forma de vivir nos ha hecho ser los verdaderos protagonistas. Y en el último año nos hemos dado cuenta más que nunca. Hemos utilizado internet para todo, las pantallas han sido nuestra compañía, y nuestra rutina ha cambiado sin precedentes.
Por todo esto, la accesibilidad web lucha para garantizar que todos los sitios web sean inclusivos; que todas las herramientas y las tecnologías diseñadas estén desarrolladas para que las personas con discapacidad puedan utilizarlas. Con la accesibilidad aumenta la igualdad y la equidad de condiciones y, sobre todo, se potencian las oportunidades de desarrollo personal y profesional. Queremos un progreso tecnológico y cultural de la sociedad, y la accesibilidad es una acción fundamental. No solo porque estimula e impulsa la innovación, también porque mejora una marca y porque amplía las opciones de alcance del mercado.
En septiembre de 2020 terminó la moratoria del Real Decreto 1112/2018. A partir de esta fecha, todas las páginas web deberían ser accesibles. Este Real Decreto entró en vigor el 20 de septiembre de 2018, transponiendo la Directiva Europea 2016/2012, donde se exige que todos los sitios web y aplicaciones para dispositivos móviles de los organismos del sector público se basen en requisitos comunes de accesibilidad establecidos a nivel europeo. De esta forma, se apuesta para que todos los países reduzcan la incertidumbre de los desarrolladores y fomenten la interoperabilidad. Para que esto se cumpla, la Directiva estableció unos requisitos mínimos de accesibilidad obligatorios y adoptó normas aplicables al diseño, construcción, mantenimiento y actualización de esos sitios web.
Barreras que pasan desapercibidas
Juanjo Montiel, programador y experto en accesibilidad reflexionaba sobre esta ley en ‘El Arte de ver’, una iniciativa de Prodigioso Volcán para concienciar a la sociedad por una comunidad accesible y clara. “Si las herramientas dejaran de ser accesibles, yo me tendría que dedicar a otra cosa. Hay muchas páginas que tienen muchos problemas de accesibilidad y hacen que algo que debería ser sencillo y fácil se convierta en un infierno”, explicaba Juanjo en el evento online. “Hace unos años, estuve a punto de perder la oportunidad de dar una conferencia en Seattle porque cancelaron mi vuelo y no tenía narices de sacarme uno nuevo 12 horas antes de volar. Todas las aerolíneas que hacían este recorrido desde Barcelona no eran accesibles. Al final lo pude conseguir mediante una pasarela intermediaria, pero lo pasé muy mal”, recuerda el programador, que subraya que, de no haber podido utilizar esa alternativa, “me hubiese quedado sin poder ir a Estados Unidos, que fue una experiencia brutal”.
La Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad también resalta en todo su documento la importancia de crear páginas web accesibles como un derecho fundamental. Estas implementaciones no solo son importantes para las personas con discapacidad, también para el resto del mundo. La Asamblea General de Naciones Unidas también cuenta con distintas pautas que optimizan la accesibilidad web. Entre su repertorio, nos encontramos las Web Content Accesibility de la Iniciativa de Accesibilidad Web, promovida por el Consorcio World Wide Web.
Cristina Chamorro, responsable del Departamento de Coordinación y Talento de la ONCE también reflexionaba sobre este tema en el evento online ‘El Arte de ver’. “Vivimos en una sociedad en la que una imagen vale más que mil palabras. Las herramientas de orientación y comunicación están exclusivamente centradas en la visión. La visión es el eje de todo y, aunque no lo parezca, puede suponer barreras y factores de exclusión. Repasando los datos, hay 285 millones de personas con discapacidad visual en el mundo. En España, casi un millón de personas”, explicaba Chamorro.
Consejos para mejorar la accesibilidad web
La accesibilidad está muy relacionada con la usabilidad web. Es importante facilitar la navegación de tus visitantes para que sea más sencillo acceder a los contenidos que se ofrecen en la página. Aquí, 8 claves para que una web y aplicación sean accesibles:
- Piensa en la accesibilidad desde el principio. No creas que solo las personas con discapacidad visual entrarán en tu contenido. Pueden tener también diferencias motrices, auditivas, cognitivas o del lenguaje. Además de las limitaciones propias del individuo, existen otras derivadas de características del equipo de navegación o del entorno desde el que accedan a la web.
- Ordena los contenidos de arriba abajo y de izquierda a derecha. Utiliza los H1, H2, H3.
- Escribe para que te entiendan. Aplica un lenguaje sencillo, útil y cercano. La comunicación clara siempre es importante, pero en estos casos es esencial.
- No utilices solo el color para indicar un error, un enlace o una confirmación. Contrasta los colores, resáltalos y diferéncialos entre ellos.
- Añade siempre ALT. Describe la imagen y su función. Pon subtítulos y transcripción del sonido, además de una descripción del vídeo.
- Elige fuentes legibles. Evita las serifa. Busca tipografías sin demasiados remates, bordes o detalles. Evita demasiados trazos que puedan malinterpretarse.
- Deja que las personas tomen el control de la navegación, sonido, tiempo y tamaño.
- Investiga sobre accesibilidad y aplícala.
Invirtiendo muy poco tiempo y esfuerzo, facilitarás el acceso y uso de tus contenidos, y estarás contribuyendo a la digitalización universal.