En España, la brecha digital de las personas mayores se ha reducido de forma considerable en los últimos años, y la pandemia de la COVID-19 ha acelerado el cambio en sus hábitos tecnológicos. La mejora en la navegación en Internet, en el uso de los teléfonos inteligentes o en el manejo de las herramientas para hacer videollamadas es un hecho. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), de 2020, un 27,9 % de los mayores de 74 años usaron Internet en ese año –más de 1,2 millones de personas–, lo que supone un crecimiento de 4 puntos con respecto al año anterior. Del total, un 17,1 % hace un uso diario de Internet. Y tal y como reconoce el Barómetro Retrato de un jubilado en España, tres de cada cuatro personas mayores entre 65 y 74 años tienen un ordenador, el 70 % un Smartphone y el 45 % una tableta. Pero esa mayor conexión al ámbito digital también ha puesto a las personas mayores en la diana de los ciberdelincuentes.

Hoy, 1 de octubre, se celebra el Día Internacional de las Personas de Edad, fecha elegida por Naciones Unidas para poner el foco en los desafíos del envejecimiento. El lema para la ocasión, Equidad digital para todas las edades, hace hincapié en que los mayores tengan acceso y una participación significativa en el mundo digital. La pandemia ha disminuido en parte la brecha digital, pero para otras personas mayores ha significado una ruptura tremenda con el desarrollo tecnológico.

A la par, cada vez más empresas, startups y organizaciones académicas se fijan en ese tramo de edades a la hora de desarrollar y lanzar aplicaciones que optimicen las condiciones de vida y la movilidad en busca de un envejecimiento más saludable.

Control y mejora de la potencia muscular

Por ejemplo, investigadores del CIBER (Centro de Investigación Biomédica en Red) de Fragilidad y Envejecimiento han desarrollado varias apps de e-Health que ponen el foco en frenar el deterioro funcional de las personas mayores antes de que derive en una discapacidad. PowerFall, creada por el Grupo GENUD de Toledo (Universidad de Castilla La Mancha) y el Complejo Hospitalario de Toledo, está dirigida a personal sanitario, educadores fisio-deportivos, entrenadores y monitores. Esta aplicación mide la potencia muscular a través de un sencillo test de función física. Una vez grabadas imágenes del paciente sentándose y levantándose, la app puntúa su nivel de potencia muscular y un algoritmo facilita los objetivos para mejorar su funcionalidad.

Por otro lado, Vivifrail es un programa de ejercicio físico que ayuda a logra una mayor resistencia cardiovascular, equilibrio y movilidad circular. Cuidadores, entrenadores y pacientes pueden, a través de una aplicación, evaluar sus condiciones físicas. Según Mikel Izquierdo, investigador del CIBERFES en la Universidad Pública de Navarra, “en los estudios realizados hemos demostrado que cuatro semanas de participación en el programa son suficientes para mejorar la forma física”.

Mascotas digitales y robot sociales

Vivifrail forma parte de un ecosistema tecnológico, denominado Positive, que pretende habilitar un nuevo modelo de organización que prevenga la discapacidad en la población mayor, involucrando a los pacientes de los centros de mayores, a la red de cuidadores informales y a los profesionales de la atención primaria y especializada. Tal y como explica Rodrigo Pérez, del Hospital Universitario de Getafe, “Positive cuenta con un sistema de monitorización domiciliaria para el registro de variables con alto poder predictivo de efectos adversos, como la velocidad de la marcha, potencia en extremidades inferiores, pérdida involuntaria de peso, cuestionarios de salud, registros de caídas y estados de ánimo”.

Además de las apps, los robots sociales son otra de las soluciones para los mayores en la era pospandémica. En menos de 40 años, más del 30 % de la población superará los 65 años. Por eso en los últimos años hemos conocido la aparición de mascotas digitales y prototipos de humanoides que pueden interactuar de una forma sencilla con las personas mayores y ayudar a las tareas de ciudado y acompañamiento.