Las calles vacías y todos en casa. Estas son las nuevas normas en un país en el que estamos acostumbrados a socializar.

Ahora la tecnología es uno de nuestros grandes aliados, aunque los operadores recomiendan que utilicemos los teléfonos fijos y evitemos el uso de las redes en horas de tele-estudio y teletrabajo para facilitar su funcionamiento, es muy difícil mantenerse solo e incomunicado día tras día.

Las familias con niños agotan sus recursos. Los juegos de mesa, dibujos y lecturas empiezan a aburrir a párvulos que necesitan correr y empiezan a pagar las consecuencias con noches interminables por falta de actividad física.

"Ya no sé qué hacer con Inés (6 años), vivimos en un piso de 55 metros, interior, y no ve la luz del día", cuenta Marta. Igual que la de Marta muchas familias se encuentran atrapadas en pisos pequeños cambiando las costumbres de sus hijos en esta situación excepcional. "Era muy rígida con el tiempo que podía estar ante la tele y videojuegos, y ahora he tenido que saltarme mis propias normas. A veces me planteo cómo podré volver atrás cuando todo esto acabe".

Estamos adaptándonos a la nueva situación. Los teléfonos son una tabla de salvación, pero también son transmisores de virus, y debemos de extremar las medidas de higiene con los dispositivos. Cada uno debe centrarse en aquello que siempre quiso hacer, pero no tenía tiempo. Algunas actividades requieren ejercicio físico, como ordenar armarios, y nos ayudará a descansar mejor. Vivamos de forma positiva estos días de confinamiento.

Quédate en casa.