Lo utilizamos para buscar información, para trabajar, estudiar, y relacionarnos con otras personas. Desde hace unos años también para comprar y acceder a recintos. Se ha convertido en una extremidad más de nuestro cuerpo y también tiene su lado oscuro o incluso su decálogo de buenos usos. La Comisión Nacional de los Mercados y Competencia (CNMC) analizó las nuevas líneas móviles durante los primeros meses de 2019 y publicó que en España había 53,4 millones. La población española es de 46 millones de habitantes. Es decir, 13 de cada 100 habitantes en España tienen dos líneas móviles. En el mundo hay más líneas que personas. Según OTI Telecom, actualmente existen 7.700 millones de suscripciones a teléfonos móviles cuando la población mundial asciende a 7.400 millones de personas. Pero ¿a todos nos cuesta lo mismo acceder a Internet?

En España hay que remontarse a 1976 para hablar de los primeros terminales móviles. Ese año se puso en marcha el Teléfono Automático en Vehículos (TAV), de la entonces Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE), cuyo acceso estaba limitado a vehículos en Madrid y Barcelona. Desde aquel teléfono móvil hasta hoy, España se ha convertido en uno de los países de Europa donde la telefonía móvil tiene mayor aceptación.

Cable.co.uk, empresa dedicada a comparar las ofertas de banda ancha, ha recopilado y analizado datos de 5.554 planes de datos móviles de 228 países a principios de este 2020. En el estudio comparó el coste promedio de 1 GB a nivel mundial. Los resultados demuestran que hay muchas diferencias y que el coste de las líneas móviles sigue siendo uno de los principales muros que limitan la accesibilidad a esos datos.

La infraestructura existente o inexistente en cada país es uno de los factores que fomenta esa desigualdad. Los países que tienen una infraestructura potente ofrecen planes móviles con más datos y más económicos, como es el caso de Italia e India. En cambio, los que tienen una infraestructura mínima dependen de alternativas de red mucho más costosas como la instalación de satélites. Los ingresos de los consumidores también son otro factor que influye en el coste de la red. Los países relativamente ricos cono Alemania o Canadá cobran más por los servicios móviles porque sus habitantes pueden pagar más y el coste de operar una red es más alto. Asimismo, cuando hay una demanda alta de Internet en una región y los datos móviles son la fuente principal de Internet, aumentan los proveedores y la competencia, por lo que su coste se reduce, como ocurre en Kirguistán.

En el informe de Cable.co.uk se asegura que India es el país donde 1 GB es más económico, cuesta 0,075 €, seguido de Israel (0,09 €), Kirguistán (0,18€), Italia (0,36 €) y Ucrania (0,39 €). En el otro extremo, el país más caro es Malawi, donde pagan 22,94 €. A este, le sigue Benin (22,78 €), Chad (19,53 €), Yemen (13,37 €) y Botswana (11,61 €). Tres de los países donde es más caro un GB son del continente africano. Por su parte, España se encuentra en la zona de la tabla donde esta la mayoría de países. Por un gigabyte pagamos de media 2,16 €. El informe destaca que hay un 30.000 % de diferencia entre el país más caro y el más barato en adquirir cada uno de los GB de su tarifa móvil.