Solo el 1,4 % de las mujeres trabajan en el desarrollo, el mantenimiento o la explotación de sistemas tecnológicos, según la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). Un estudio sobre Uber encontró que las mujeres ganan en la plataforma el 7 % menos que los hombres. A nivel mundial, la matrícula de estudiantes femeninas en tecnologías de la información y las comunicaciones es particularmente baja (3 %). Solo el 13 % del alumnado de carreras STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) en España son mujeres. En 2018 Amazon tuvo que poner fin a su algoritmo de contratación después de que se hiciera público que penalizaba los CV que contenían la palabra mujer. Datos, datos y más datos.

Si algo tiene el ensayo de Lucía Velasco, directora del ONTSI (Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad), titulado ¿Te va a sustituir un algoritmo? El futuro del trabajo en España (ed. Turner), es que los datos, las pinceladas de información, acompañan muy bien su verdadera intención, hacer una advertencia y que se oiga: Estamos en un momento crítico, el presente digital es como gran movimiento de placas tectónicas que afecta a la economía y a la sociedad, a todos nosotros. Para cuando nos demos cuenta de que la tecnología está modificando el trabajo –la automatización va a afectar antes de 2025 a más de 85 millones de empleos en todo el mundo, para bien o para mal– debemos tener un plan: “No podemos quedarnos fuera de la economía digital”.

Pasar a la acción

Es una de las tesis que plantea Lucía Velasco, economista especializada en tecnología e innovación social y miembro del grupo de expertos que analiza el impacto de la digitalización en el mercado laboral para la Comisión Europea. Si no pasamos a la acción, las mujeres pueden ser las grandes perjudicadas por el proceso de automatización de tareas. Sin querer ser pesimista –Velasco plantea una ristra de soluciones y de decisiones para evitar la brecha de género en el empleo digital–, el panorama que dibuja debería preocupar a la sociedad civil, instituciones públicas y las corporacione.

“La mitad de la población está en peores condiciones para enfrentar la mayor revolución de nuestro tiempo y sin embargo no se habla de ello lo suficiente –asegura–. Las diferencias de género no solo tienen que ver con el número de puestos de trabajo en riesgo, sino también con el tipo de oportunidades laborales”. Por todo ello, la directora del ONTSI dice que será vital que las mujeres desarrollen las habilidades digitales más demandadas y participen en la creación tecnológica. Reclama que estén presentes en las discusiones académicas, que se priorice el diseño de políticas públicas que apoyen a la mujer en el ámbito digital y se combatan los estereotipos y sesgos de género. Y que se fomente la inversión en empresas emergentes para mujeres (femtech).

La preocupación de Velasco también es compartida por Cristina Colom, directora de Digital Future Society (DFS), iniciativa impulsada por el Gobierno de España y Mobile World Capital Barcelona. En declaraciones a Levanta la cabeza, Colom asegura que “si no somos las mujeres las que participamos en la ideación, el diseño, la implementación y la construcción de los elementos digitales que también consumimos o utilizamos se seguirán repitiendo ciertos patrones, se seguirá invisibilizando a la mujer en un ámbito como es el digital que va vinculado a progreso, a avances que además conlleva nuevas maneras de hacer, de pensar y de participar en la sociedad”.

Esta reflexión de Colom sirve para explicar muy bien la importancia de reducir cuanto antes una brecha de género que impide a muchas chicas desarrollar su presente como estudiantes y su futuro como trabajadoras en los ámbitos STEM. Un ejemplo más de una realidad que cuesta mucho cambiar: Según estudios de la Universidad de Valencia y la Universidad Complutense de Madrid, en los libros de texto de la ESO tan solo un 7,6 % de las menciones en materias ciencias corresponden a mujeres.

Iniciativas de empoderamiento tecnológico

A continuación, os contamos algunas iniciativas relevantes, donde participan instituciones públicas, esfera privada y sector social, que buscan atraer el talento femenino hacia estas disciplinas:

mSchools. Iniciativa que forma parte de la Fundación Mobile World Capital Barcelona fue lanzado en 2012, en colaboración con la Generalitat de Cataluña, el Ayuntamiento de Barcelona y GSMA. mSchools fomenta la integración eficaz de la tecnología y las soluciones digitales en el aula, potencia las habilidades de los estudiantes en el entorno digital.

La Alianza STEAM. Impulsada por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, es una iniciativa que pretende impulsar las vocaciones STEAM entre las niñas y las jóvenes: la ciencia, tecnología, ingeniería y las matemáticas asociadas a las artes y a las humanidades. Esta alianza se configura como misión esencial que busca sumar esfuerzos sinergias e impulsar medidas concretas que acaben con los estereotipos de género asociados a ciertas profesiones gracias a la colaboración entre administraciones públicas, empresas, fundaciones, agentes sociales, asociaciones y medios de comunicación.

STEM Girls Power. Programa desarrollado por Siemens que forma parte de la Alianza STEAM y que pretende hacer frente al desafío tecnológico sin distinción de género no desperdiciando el talento de las mujeres y poniendo en marcha un proyecto de orientación profesional centrado en estas vocaciones.

Generación A. Iniciativa de la Asociación Española para la Digitalización (DigitalES), en colaboración con el proyecto Mujer e Ingeniería de la Real Academia de Ingeniería, que pretende despertar vocaciones científico-tecnológicas de las jóvenes estudiantes. La primera acción fue la grabación de 44 entrevistas a profesionales STEAM dirigidas a chicas mayores de 12 años. Un dato que destacaron en la presentación de Generación A es que el porcentaje medio en Europa de padres que esperan que sus hijos estudien carreras técnicas es un 27,4 % mayor cuando son chicos que cuando son chicas.

El Plan Nacional de Habilidades Digitales. Impulsado por SEDIA, es un plan extensivo, inclusivo y multidisciplinar que incluye medidas cuyo objetivo busca fomentar las vocaciones científico-técnicas en el sistema educativo y la presencia femenina en las profesiones tecnológicas. En su última edición, celebrada este año, han agrupado a 36 niñas de Alemania Reino Unido y España con el objetivo de fomentar la socialización, la práctica del inglés, la creación de una app en equipo.

Girls in tech. Creada por Adriana Gascoigne, licenciada en Sociología y Economía, es una organización sin ánimo de lucro que ayuda a potenciar el talento de las mujeres en el ámbito de las nuevas tecnologías. Su idea es montar una comunidad de mujeres con ideas afines. En el mundo son más de 70.000, según aseguran en la web.

Africa Code Week. Este programa apoyado por la UNESCO acelera la igualdad de género en el mundo digital con creatividad y busca implementar formas para enseñar, orientar e inspirar a jóvenes y niñas africanas a priorizar su educación. Además, busca nivelar el campo de juego para las mujeres al abordar los desafíos que enfrentan cuando tratan de acceder a la educación digital y aumentar sus habilidades.

Technovation Girls. Organización sin ánimo de lucro de educación tecnológica global que empodera y prepara a mujeres jóvenes (de 8 a 18 años) para que se conviertan en emprendedoras y líderes tecnológicas. Con el apoyo de padres y mentores voluntarios, las niñas trabajan en equipo para codificar aplicaciones móviles que abordan problemas del mundo real.

Women in Games España. Organización que promueve y da visibilidad a las mujeres desarrolladoras y jugadoras de videojuegos, tanto a estudiantes como a aficionados o profesionales. A modo de lugar de encuentro, muestran la voz de las profesionales vinculadas a esta industria del entretenimiento, defienden sus derechos e incentivan la presencia de mujeres en los campos tecnológicos. Hace un año pusieron en marcha el juego 3 Chicas in Tech para las futuras científicas y tecnólogas.

Como sostiene Lucía Velasco, hay que “modificar lo que sea necesario para que ellas participen en mayor medida en las carreras tecnológicas”, incorporar “obligatoriamente” la neutralidad de género en el desarrollo digital, promover el liderazgo femenino y la visibilidad y asegurar que todos los análisis del futuro del trabajo, “incluidas las necesidades educativas y las demandas de nuevas habilidades”, se realicen con perspectiva de género.

Aunque sea al final de su ensayo, la directora del ONTSI sostiene que la tecnología ha llegado a nuestras vidas para mejorarlas, “puede contribuir de manera decisiva al cambio de paradigma que buscamos, esa economía más igual, más verde, más justa y más inclusiva”. En Levanta la cabeza lo tenemos claro: la digitalización o es sostenible o no será.