90 minutos diarios. Ese es el tiempo que pasaban de media los menores frente a las pantallas antes del confinamiento. Pasados estos meses, la cifra se ha multiplicado hasta las 4 horas y, de ellas, dedican solo un 5% a las plataformas educativas como Google Classroom, que se ha convertido en la más usada. Las nuevas exigencias han obligado a las familias a comprar algún dispositivo para la teleeducación, el trabajo de los adultos o el ocio digital. Y dos de cada tres familias considera que los beneficios del uso de la tecnología en el entorno familiar son superiores a los riesgos, según el estudio "Impacto de las pantallas en la vida familiar durante el confinamiento", elaborado por Empantallados y GAD3.
En poco tiempo hemos aprendido que la tecnología tiene la capacidad de acercarnos, pero también hemos sido más conscientes que nunca que no puede sustituir a un abrazo, un paseo al aire libre o un rato de juego en el parque. Por eso, ahora que llega el momento de volver a lo cotidiano, ayudemos a nuestras niñas y niños a conectar con la vida y con la tecnología de forma responsable y segura.
Levanta la cabeza, para conectarte a una nueva forma de vivir.