Llegas con la maleta, tu móvil preparado para inmortalizar cada momento, la sombrilla de la playa en ristre, la mascarilla en la cara y, de repente, la persona que tiene que entregarte las llaves de tu apartamento de vacaciones no responde. Lo llamas y no lo coge. Le escribes y tampoco contesta. Cuando se acercan las vacaciones, las plataformas online de alquileres se inundan de ofertas muy atractivas que llaman la atención de los usuarios y en algunos casos, acaban siendo fraudes. Según la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI), los estafadores aprovechan plataformas muy demandadas como Booking, HomeAway o Airbnb para promocionar viviendas que resultan ser una trampa. Crean un post atractivo, con un precio muy por debajo de su valor real, suben imágenes robadas y con apariencia idílica y añaden una descripción muy atractiva del paradisiaco lugar. Un cebo para atraer el interés de potenciales víctimas y al mismo tiempo generar un sentimiento de confianza.

Los chollos nos dan adrenalina. Y con eso juegan los estafadores. Pagamos señales, y anticipamos una parte del importe para que no se nos escape esta oportunidad. Y con la inocencia y la ilusión, nuestro dinero acaba en manos inadecuadas y nuestras vacaciones quedarán truncadas. Tienes derecho a desconectar en vacaciones y a hacerlo con seguridad. ¿Cómo se pueden detectar fraudes en los alquileres vacaciones? La OSI nos da algunas pistas para no meter la pata en estas primeras vacaciones tras el confinamiento:

Lo bueno, bonito y barato no existe. Ten cuidado con los chollos. Si encuentras anuncios con precios muy atractivos, desconfía. Haz un miniestudio de mercado, compara con otras viviendas, revisa las descripciones, la localización y mira si hay opiniones de otros usuarios verificados sobre ese alojamiento. Ah, fíjate también en la plataforma que están utilizando para subir el anuncio. ¿La web es segura? ¿se repite el anuncio en más de una web de alquileres?

Conviértete en editor de fotografía. Revisa las imágenes del anuncio que tienes en frente y que no para de gritarte: “¡Resérvame!”. Pon especial atención a la calidad de las fotos, si hay pocas, si son demasiado perfectas, si las has visto en otros sitio… cuidado. Aumenta tu agudeza porque seguramente estés frente a una estafa.

Analiza bien el texto descriptivo. Si está mal redactado y con faltas de ortografía, es muy posible que se hubiese hecho a través de traductores de texto automáticos. Lo mismo te puede pasar con el arrendador. Muy atento a lo que te escribe y cómo se expresa.

Cuidado con la persona de contacto. Si es escueto, nos da poca información, le cuesta comunicarse, pone pegas para ofrecerte más datos, no te ofrece múltiples vías de pago… no te fíes.

Examina bien los correos que lleguen a tu bandeja de entrada. A lo mejor recibes emails que te ofrecen grandes descuentos y ofertas muy destacadas en alojamientos que pudieses haber visto anteriormente. No accedas a los enlaces que te envían ni ofrezcas ningún tipo de dato que te pidan porque puede tratarse de falsos anuncios. Los ciberestafadores pueden estar detrás.

Fíjate en el método de pago. Lo más seguro es que el anunciante te pida un adelanto de dinero para la reserva. Si te pide que ingreses tu dinero con otro método de pago alternativo al de la plataforma en la que está anunciándose, ten cuidado. Cualquier tipo de pago ajeno que no hagas en plataformas de alquiler oficiales puede acarrearte problemas y acabar siendo una víctima de una estafa.

Sigue tu instinto y el sentido común. Si tienes ante ti una oferta demasiado atractiva, en su precio, sus imágenes o sus descripciones, lo más probable es que el producto seamos nosotros. Detrás de muchas de estas gangas están profesionales del phishing y otros ciberataques, que solo buscan lanzarte virus o recopilar tus datos personales.

Si a pesar de estas indicaciones, llegas a tu destino y esa persona que te iba a entregar las llaves de tu apartamento de vacaciones no responde. Si le llamas y no lo coge; si le escribes y tampoco contesta, lo mejor es que llames a la Policía Nacional y recopiles todas las pruebas para demostrar que es una estafa. Si sospechas y tienes grandes indicios de que el anuncio que tienes delante es una estafa, denuncia a los responsables de la plataforma donde está expuesta la oferta. Estos dominios suelen tener un servicio de reclamación para ayudar a los usuarios a resolver cualquier duda o denunciar anuncios fraudulentos.