Hace 93 años se estrenó una película que contenía una reflexión ética sobre nuestra relación con las máquinas. Desde los tiempos de Metrópolis (1927) hasta el hoy de la ‘nueva normalidad’ y Black Mirror (2011), el mundo de la ficción siempre ha ido por delante intentando explicar o predecir cómo será nuestro futuro y qué papel jugarán las herramientas tecnológicas en nuestro devenir. Es cierto que en las producciones cinematográficas –da igual que sean para pantallas grandes que para dispositivos personales– triunfan las distopías y los relatos apocalípticos, que suelen funcionar como advertencias que nos hacemos los humanos de hasta dónde queremos llegar. Hace poco te recomendamos lecturas tecnológicas para este verano pandémico y ahora le hemos pedido a Borja Adsuara, responsable del área de divulgación de OdiseIA, plataforma española que fomenta el buen uso de la inteligencia artificial (IA), que nos recomiende sus diez series, películas, cómics o novelas favoritas sobre robots e IA, una por cada década desde que Fritz Lang nos presentase al robot María.

Metrópolis (película, 1927).

Inspirada en una novela de 1926 de Thea Von Harb, que participó también en el guion junto con Fritz Lang, es la primera película que plantea una reflexión ética sobre los excesos de la sociedad industrial, el capitalismo y la tecnología, con la aparición de un robot femenino malvado (María) que incita a los trabajadores a la lucha. Pero la película concluye con la moraleja de la colaboración: “Mediador entre el cerebro y la mano ha de ser el corazón”.

Un mundo feliz (novela, 1932).

La novela de Aldoux Huxley parte de lo que parece una utopía: un mundo ordenado, saludable, avanzado tecnológicamente y libre sexualmente, donde la guerra y la pobreza han sido erradicadas gracias al control de las emociones por una droga (soma) y al desarrollo de una tecnología reproductiva (cultivos humanos). Pero, en realidad, se trata de una distopía, porque con estos avances se elimina el amor, el pensamiento, la ciencia, el arte y hasta la religión.

1984 (novela, 1948).

La novela de George Orwell es la ficción distópica más famosa, que popularizó el concepto del omnipresente y vigilante ‘Gran Hermano’ o ‘Hermano Mayor’ y también la ‘Policía del Pensamiento’ y la ‘neolengua’, que manipula la información y adapta la lengua normal con fines de control y represión. Hay unos poderosos Ministerios que se dedican justamente a lo contrario de lo que indican sus irónicos nombres: Ministerio del Amor, de la Paz, de la Abundancia o de la Verdad.

Yo, Robot (novela, 1950).

Es una colección de nueve relatos, escritos por Isaac Asimov y basados en las tres leyes de la robótica: 1ª) Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por su inacción, permitir que un ser humano sufra daño. 2ª) Un robot debe obedecer las órdenes de los seres humanos, excepto si entran en conflicto con la 1ª Ley. 3ª) Un robot debe proteger su existencia para no autodestruirse, en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la 1ª o la 2ª Ley.

2001: Una odisea en el espacio (película, 1968).

Está basada en un cuento de Arthur C. Clarke, titulado ‘El centinela’, escrito en 1948, que participó en el guion junto al director Stanley Kubrick. Es una historia sobre la evolución tecnológica, desde las primeras herramientas de los primates hasta los satélites de comunicaciones y las naves y estaciones espaciales, en la que se plantean los problemas éticos en la relación de los seres humanos con las máquinas, especialmente con el superordenador HAL 9000.

Juez Dreed (cómic, en 1977).

La obra de John Wagner (guion) y Carlos Ezquerra (dibujo) es una de mis distopías preferidas; una reflexión sobre la aplicación eficiente del Derecho, en la que tiene mucho que ver la tecnología. El protagonista es un agente de la Ley que reúne los poderes de policía, juez y verdugo, y puede detener, condenar e incluso ejecutar a los criminales en el acto. La distopía se cumple y agudiza en la actualidad, cuando no son funcionarios públicos los que realizan estas tres tareas, sino multinacionales privadas.

Juegos de Guerra (película, 1983).

El guion, escrito por Lawrence Lasker y Walter F. Parkes, está ambientado en los últimos años de la Guerra fría y cuenta la historia de un joven hacker que se infiltra en sistemas ajenos por curiosidad y por casualidad entra en el superordenador WOPR (War Operative Plan Response), programado para hacer continuamente simulaciones militares y aprender. La cinta, dirigida por John Badham, es una reflexión sobre los riesgos de aplicar la inteligencia artificial en el ámbito militar.

Matrix (película, 1999).

El protagonista de la película, escrita y dirigida por las hermanas Wachowski, es un programador informático de día y un hacker –llamado Neo– de noche, que descubre que el mundo en el que creía vivir no es más que una simulación virtual a la que se encuentra conectado mediante un cable enchufado en su cerebro, junto con miles de millones de personas más, que están siendo cultivadas del mismo modo para poder dar energía a las máquinas. Esta ilusión colectiva o simulación interactiva es Matrix (la matriz).

Minority Report (película, 2002).

Basada en un relato corto de 1956 de Philip K. Dick, titulado ‘El informe de la minoría’, es también una reflexión policial y judicial sobre la aplicación de la tecnología en la prevención y el castigo del delito. El protagonista del film de Steven Spielberg es el jefe de la fuerza de policía ‘PreCrime’, que utiliza visiones del futuro de tres mutantes ‘precognitivos’. A veces una es diferente y esto genera un ‘informe minoritario’, que se mantiene oculto para no dañar la fiabilidad del sistema.

Black Mirror (serie, 2011).

Es una serie de 21 relatos distópicos autoconclusivos que muestran, en la mayoría de ellos, un sentimiento de ‘tecno-paranoia’ y analizan cómo la tecnología afecta al ser humano. Es difícil escoger un capítulo, porque casi todos son de una gran calidad y profundidad en las reflexiones que plantean. Uno de lo que más populares es ‘Nosedive’ (Caída en picado), sobre las redes sociales y los sistemas de puntuación y de calificación de los ciudadanos.

[Resúmenes basados en la información recopilada por Wikipedia].