No es un profesor cualquiera, en 30 años de profesión ya se ha manifestado públicamente en otras ocasiones al considerar que determinadas medidas que afectan a su profesión no eran las acertadas. Este curso, ante la obligatoriedad en su centro de la utilización de libros electrónicos, ha explicado que su materia, las matemáticas, necesita lápiz y papel. Y no es el único profesor que lo piensa.
José Carlos tiene 29 años y es profesor de la misma materia y curso, segundo de la ESO, en un instituto cántabro. Tiene planteadas sus clases sin texto de apoyo, él les explica la materia, lo único fundamental en su aula es una libreta, un lápiz y una goma. "Siempre establezco un tiempo para que hagan los ejercicios, una forma de meterles presión. Con el lápiz lo hacen todos al mismo tiempo y sin factores externos".
José Carlos coincide con Fernando: "Yo, que estudié con acceso a la tecnología, opino que para aprender matemáticas en un aula de 20 alumnos el lápiz es el sistema más eficaz".
Fernando ha llevado su idea hasta el final. Ha conseguido libros de texto para todos sus alumnos y los ha llevado al instituto para repartirlos y prestárselos contradiciendo las normas de la institución. Su aula tendrá libros gracias a la solidaridad de profesores y exalumnos, que consideraron que el criterio de Fernando era acertado y le han facilitado su labor.
Muchos padres también manifiestan su opinión: "¿Cómo voy a decirle a mi hijo que no le compro móvil hasta los 14 si tengo que comprarle un libro electrónico obligatoriamente a los 11?"
La enseñanza tecnológica en entredicho.