Los niños nacen con una huella digital bajo el brazo, y el dato es alarmante: el 75 % de los menores de 2 años tienen fotos en Internet.
Entramos en una práctica conocida como Sharenting. La exposición de los menores sin autorización puede provocar situaciones incómodas en un futuro o forjar una identidad de los niños que ellos no han decidido. Javier Huete, fiscal de la sala del Coordinador de menores, alerta del peligro: "En el momento en el que el niño es un preadolescente se puede sentir condicionado porque puede ser objeto de chanzas y burlas".
Y es que, no tenemos en cuenta su opinión. Desde la Fiscalía del Menor insisten en que el derecho de imagen les pertenece a ellos. Sin embargo, durante todo el año, pero sobre todo en verano, compartirnos continuamente contenido con nuestros familiares y amigos. En 2018, el estudio The age of content, de la compañía McAfee, sostenía que el 30% de los padres sube fotos de sus hijos al menos una vez al día y que el 50% admite publicar una imagen de sus hijos el primer día que van a la escuela. Pero lo peor es que más del 70% asegura conocer que el contenido compartido puede acabar en manos no deseadas.
"Una vez que subimos una fotografía o un vídeo a la red, perdemos el control de ese archivo", señala María Ramírez, portavoz de Policía Nacional.
En España, ya hay casos que han llegado a los tribunales, donde han obligado a padres y madres a retirar el contenido de sus hijos de las redes. En Francia, por ejemplo, está práctica esta penada con 45.000 euros y un año de cárcel por publicar fotos de los hijos sin su permiso.