La Comisión Europea (CE) propuso hoy un objetivo obligatorio de recorte de emisiones de gases de efecto invernadero del 40% y una meta vinculante a escala europea del 27% para las energías renovables para 2030.

La propuesta para las renovables, al ser obligatoria solo a nivel comunitario, no se dividirá en objetivos nacionales vinculantes que puedan derivar en sanciones para los Estados miembros en caso de incumplimiento.

Este nuevo paquete climático para 2030, que de momento solo tiene valor político, contrasta con el más ambicioso que la Unión Europea adoptó para 2020, que incluía dos objetivos obligatorios del 20% para recorte de CO2 y renovables y otro voluntario, también del 20%, para reducir el consumo energético.

"El nuevo paquete es ambicioso y asequible", señaló el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, en la rueda de prensa de presentación de la medida.

Barroso aseguró que los nuevos objetivos establecen unas perspectivas estables a largo plazo que potenciarán la inversión de las compañías europeas, un elemento clave para la competitividad de la UE.

El jefe del Ejecutivo comunitario defendió la necesidad de que las renovables representen al menos un 27% de la energía que consuman los Veintiocho en 2030 y dijo que la UE "no puede prescindir de este objetivo". Aclaró que si no se ha fijado un objetivo específico para cada país es porque esta experiencia en el pasado no ha dado buenos resultados.

La CE entiende ahora que contar con objetivos vinculantes nacionales de renovables puede traducirse en una fragmentación del mercado energético. "Dejamos flexibilidad a los Estados miembros, esta flexibilidad es posible porque estamos en un momento mucho más avanzado", dijo Barroso en referencia al avance ya conseguido en renovables en la UE.

El recorte del 40% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) frente a los niveles de 1990 incluye como novedad que la reducción de emisiones tendrá que producirse dentro de la UE, es decir, que no se permitirá a los países comunitarios contabilizar como esfuerzo propio dentro de su objetivo nacional las inversiones que hagan en proyectos medioambientales de países en desarrollo.

El Ejecutivo comunitario insta al Consejo y al Parlamento Europeo a aprobar esta meta a finales de año para que pueda convertirse en un compromiso oficial de la UE a principios de 2015 y enviar una señal clara de cara a las negociaciones internacionales dirigidas a cerrar un acuerdo climático global en París a finales del próximo año.

Además, publicó unas recomendaciones dirigidas a que los Veintiocho adopten medidas para proteger el medio ambiente de los riesgos que conllevan las extracciones de gas de esquisto mediante la fractura hidráulica (fracking).

En paralelo, la Comisión también publicó un informe en el que señala que el alto coste de la energía en la UE reduce su competitividad frente a sus competidores internacionales y podría comprometer el liderazgo europeo en las exportaciones de productos intensivos en consumo de energía.