Esta cumbre, que se ha celebrado hasta el pasado viernes 19 de enero en el Teatro Nacional de Cataluña (TNC) de Barcelona, ha estado envuelta en la polémica por la crítica de varias entidades, entre las que se encuentra el Movimiento por la Justicia Climática, Ecologistas en Acción, que no han sido invitados al acto y que han protestado a las puertas del recinto para denunciar que se las silencie.

El caso más sonado ha sido el de la ONG que lidera Greta Thunberg, Fridays For Future, que no ha llegado a ser convocada pese a la participación de Juventud por el Clima, el movimiento inspirado en la organización de la activista.

El presidente de la Generalitt, Quim Torra, ha sido el encargado de presidir la cumbre. Ha pedido más sacrificios y adoptar un cambio radical para que Cataluña lidere la revolución de acción climática con la que frenar el deterioro del medio ambiente.

Durante el evento, Marta Subirà, secretaria de Medio Ambiente y Sostenibilidad, ha lanzado 17 compromisos a los que se pueden adherir empresas, compañías y profesionales como la promesa de la Generalitat de eliminar su huella de carbono antes de 2050.

Sin embargo, estos compromisos no son obligaciones, sino que son voluntarios, por lo que, cada uno de los actores puede adoptarlos según sus capacidades.

Asimismo, el Govern se ha comprometido a presentar en menos de un año una hoja de ruta para alcanzar la neutralidad de carbono y contratar su suministro eléctrico con certificación de origen renovable.

Tras el rifirrafe del miércoles con el ayuntamiento de Barcelona por los datos de las emisiones del puerto, la presidenta del Puerto de Barcelona, Mercè Conesa, ha recalcado que la entidad solo se puede hacer responsable de la huella ecológica del interior del recinto y no de toda la cadena logística. También ha exigido que las medidas para la reducción de las emisiones contaminantes de esta infraestructura se impulsen desde el incentivo y no desde la penalización.