La causa de la muerte del animal se reduce a un shock gastrointestinal, según informaron los biólogos y voluntarios del museo de historia natural D’Bone Collector Museum. No obstante, a la hora de realizar la autopsia final, los investigadores se mostraron muy asombrados cuando descubrieron los 40 kg de plástico en el interior del cetáceo.

A pesar de que en estas aguas son muchos los animales que acaban falleciendo por el consumo de basura, el personal encargado del animal muerto reconocía que, hasta este momento, en ninguno de ellos se había encontrado tal cantidad de plástico y otros residuos. Desde hace 10 años, los responsables del museo han encontrado a más de 50 delfines y ballenas muertos a causa de los plásticos y otros tipos de basura humanos. Y biólogos marinos creen que hasta 300 animales podrían morir cada año en estas aguas, por la ingesta de plástico.

El descontrolado uso de este contaminante, sobre todo para bolsas de compra, en el sudeste asiático ha llevado a muchas asociaciones a pedir una acción directa por parte de los gobiernos, contra aquellos que continúan contaminando las aguas y los océanos con materiales no perecederos.

Entre los artículos que causaron la muerte de la ballena, se encontraron 16 sacos de arroz, 4 lonas utilizadas en las plantaciones de plátanos, y una ingente cantidad de bolsas de plástico.