Los pesticidas mencionados tienen efectos nocivos para el medioambiente y, especialmente, para los polinizadores. Aunque la Unión Europea ya había limitado los tres primeros.

"Estas prohibiciones son esenciales para luchar contra el declive masivo de las colonias de abejas y de polinizadores salvajes, constatado este invierno", han señalado en un comunicado el Ministerio de Agricultura y Alimentación, el de Sanidad y la Secretaría de Estado del Ministerio de la Transición Ecológica.

Los neonicotinoides son una familia de sustancias empleadas en los insecticidas, que actúan sobre el sistema nervioso central de los insectos y, solo en Francia, son responsables de la muerte de 300.000 colonias de abejas cada año, según la ONG Generaciones Futuras.

La muerte de las colonias afecta a la industria de apicultura y a la naturaleza porque el papel polinizador de las abejas es vital para los ecosistemas y la producción de alimentos.

La prohibición del pesticida provocó otro desencuentro entre el titular de Agricultura, Stéphane Travert, y el de Transición Ecológica, Nicolas Hulot, quien ha dimitido recientemente.

Travert defendía que la ley no se podía aplicar sin que los agricultores contaran con un sustitutivo para el neonicotinoide, que se usa para la protección de las plantas y cereales ante plagas, entre otros fines. Aquí, el Primer Ministro, Édouard Philippe, se posicionó a favor de Hulot.