El problema estructural de gestión forestal y del territorio de España incrementa el riesgo de superincendios o incendios forestales de sexta generación, como el que afecta a Sierra Bermeja (Málaga); así loa firma la portavoz del programa de Bosques de WWF, María Melero.

Estos fuegos son difíciles de controlar debido a su virulencia, de manera que el medio ambiente y las vidas humanas se encuentran en peligro; además, están vinculados al cambio climático. Sus condiciones especiales y su agresividad le han dado el nombre de ‘sexta generación’.

En este sentido, estos superfuegos presentan unas características diferentes a las de los ‘grandes incendios’ (aquellos que afectan a más de 500 hectáreas), pues se forman ‘pirocúmulos’, que son columnas de aire con tanta fuerza que pueden crear sus propias nubes.

También favorecen la propagación de pavesas, cenizas que caen a mucha distancia y pueden provocar nuevos incendios, dificultando la extinción. Todas estas condiciones imposibilitan sofocar estos incendios de forma inmediata.

Los incendios de sexta generación se han dado en otros países como Portugal, Chile, Australia o California; el caso de Sierra Bermeja ha destruido más de 7.000 hectáreas forestales hasta la fecha.

Este incendio podría haberse dado en otras partes del territorio español debido al problema estructural forestal, el abandono del territorio y los problemas de gestión y limpieza de los montes. Por ello, es necesario mejorar la planificación del territorio.

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